En el marco del Liver and Kidney Transplant Symposium del Grupo Hospitalario, el Dr. Alejandro Mejía, Director Ejecutivo del Programa de Trasplante de Órganos y cirujano especializado en trasplante hepatobiliar en el Methodist Dallas Medical Center, destacó los avances en los procedimientos quirúrgicos mínimamente invasivos, que están transformando el tratamiento de enfermedades complejas del páncreas y el hígado.
El Dr. Mejía explicó que el volumen de cirugías realizadas en su centro no incluye procedimientos simples como colecistectomías, sino que se enfoca en intervenciones de alta complejidad, como pancreaticoduodenectomías, pancreatectomía distal y resecciones hepáticas, entre otras. Según el Dr. Mejía, «somos muy activos en la parte mínimamente invasiva de alta complejidad, y no solo en cirugías simples, sino en procedimientos que anteriormente requerían técnicas abiertas«.
Uno de los puntos más destacados de su presentación fue un estudio realizado hace algunos años, cuando el equipo completó las primeras 100 pancreaticoduodenectomías robóticas. A través de un análisis exhaustivo, el Dr. Mejía y su equipo descubrieron que la cirugía robótica no solo reducía el tiempo operatorio, sino que también resultaba en una significativa disminución de la hospitalización postoperatoria.
«Mientras que los pacientes que se sometían a una cirugía abierta solían permanecer en el hospital durante aproximadamente 12 días, aquellos que recibían la intervención robótica se recuperaban lo suficientemente rápido como para ser dados de alta en solo 5 días», explicó el Dr. Mejía.
El ahorro económico para el hospital fue considerable, ya que la reducción en el tiempo de hospitalización generó un beneficio financiero significativo, permitiendo que los recursos se gestionaran de manera más eficiente y reduciendo los costos operativos.
«El acto operatorio en sí es costoso, pero lo que realmente hace la diferencia es la hospitalización, que se reduce drásticamente, lo que genera un impacto financiero muy positivo para el hospital y, al mismo tiempo, mejora la experiencia y calidad de vida del paciente», comentó el Dr. Mejía.
En su presentación, también compartió un caso particularmente interesante de un joven de 26 años que sufrió dolores abdominales persistentes. A pesar de que se le realizaron varias aspiraciones de su quiste pancreático sin encontrar causa, el Dr. Mejía, al analizar los estudios, identificó que la causa de su dolor era un cistoadenoma asinar, una patología rara que fue posible resecar con la ayuda del robot.
«Este procedimiento, que hubiera sido extremadamente riesgoso y complejo mediante una cirugía abierta, fue realizado de manera mínimamente invasiva gracias a la tecnología robótica, permitiendo al paciente ser dado de alta en solo dos días«, relató el Dr. Mejía.
El caso, que será publicado próximamente, y se convirtió en un ejemplo claro de cómo la cirugía robótica puede transformar la vida de los pacientes al permitirles una recuperación mucho más rápida y menos dolorosa.
El Dr. Mejía finalizó su intervención reflexionando sobre el impacto que la cirugía robótica tiene en la calidad del servicio hospitalario y en la mejora de los resultados clínicos.
«El uso de la tecnología robótica en cirugías de alta complejidad no solo ofrece beneficios clínicos directos, sino que también contribuye a una significativa ventaja financiera para los hospitales, siempre y cuando se utilice de manera responsable y se integre adecuadamente dentro de los protocolos médicos establecidos», aseguró.
«Es importante que estas tecnologías se implementen con un enfoque ético y responsable, asegurando que se realicen procedimientos solo cuando sean apropiados para el paciente», concluyó el Dr. Mejía.Finalmente, resaltó que estas innovaciones tecnológicas no son solo una mejora técnica, sino una demostración de cómo la medicina está evolucionando hacia tratamientos menos invasivos que maximizan tanto los beneficios para los pacientes como los resultados financieros para las instituciones de salud.