Aunque suene compleja y poco común, la cardiomiopatía hipertrófica es una enfermedad que puede estar más cerca de lo que muchos imaginan. El doctor Juan Nieves, cardiólogo especializado en fallo cardíaco y trasplante de corazón, y presidente del Puerto Rico Cardiology, nos ayuda a comprender mejor esta condición, sus riesgos y la importancia del diagnóstico temprano.
“Como el nombre lo dice, es una condición que afecta el músculo del corazón y el músculo se engrosa de una forma bien anormal, bien exagerada”, explica el Dr. Nieves. “El problema principal es que ese engrosamiento puede obstruir la salida de sangre del corazón al resto del cuerpo”.
¿Qué la causa y quiénes están en riesgo?
La causa más frecuente de esta patología es genética. El paciente hereda un gen que predispone al desarrollo del engrosamiento cardíaco. Sin embargo, también puede ser adquirida, por lo que no solo afecta a quienes tienen antecedentes familiares.
“La mayoría de los pacientes que tienen cardiomiopatía hipertrófica realmente no tienen síntomas. Por eso es bien importante tener la sospecha, especialmente si hay historial familiar de muerte súbita cardíaca en edades tempranas”, alerta el especialista.
El riesgo principal, además de los síntomas cardíacos como síncope, fatiga o retención de líquidos, es la muerte súbita, especialmente en personas jóvenes aparentemente sanas, como deportistas de alto rendimiento.
Clave en la prevención: la historia familiar y el diagnóstico
El Dr. Nieves enfatiza que el historial familiar es la herramienta más importante para detectar esta condición a tiempo. “Siempre que un familiar haya muerto joven por una causa cardíaca, eso debe levantar banderas y propiciar una consulta con el médico primario o cardiólogo”.
El diagnóstico temprano es posible gracias a pruebas no invasivas como el electrocardiograma, el ecocardiograma y el uso de monitores cardíacos. También se recurre al screening genético cuando hay antecedentes confirmados de la enfermedad.
“Hoy en día tenemos herramientas que nos permiten diagnosticar esta condición a una edad temprana. Mientras más engrosado el músculo, más riesgo tiene el paciente de tener isquemia o arritmias”, señala.
Tratamiento: avances médicos y opciones innovadoras
El enfoque de tratamiento ha evolucionado significativamente. Ya no todo depende de procedimientos quirúrgicos invasivos. Hoy existen medicamentos especializados, como los inhibidores de miocina, que ayudan a mejorar el llenado y la función del corazón.
“Tenemos beta bloqueadores, inhibidores de canales de calcio, y más recientemente, medicamentos que reducen la fuerza de contracción del corazón para aliviar la obstrucción”, explica el doctor.
En casos más graves, se pueden utilizar dispositivos como desfibriladores implantables o recurrir a procedimientos quirúrgicos. Y cuando estas opciones no son efectivas, el trasplante cardíaco se convierte en la alternativa final, una opción disponible en Puerto Rico.
“Aquí contamos con un programa de trasplante que ya ha salvado vidas de pacientes con cardiomiopatía hipertrófica”, destaca con orgullo el Dr. Nieves.
La cardiomiopatía hipertrófica puede ser silenciosa, pero no es invisible para quienes conocen sus señales. Escuchar al corazón, conocer el pasado familiar y acceder a chequeos periódicos son pasos vitales para detectar esta enfermedad antes de que sea demasiado tarde. Una condición rara, sí, pero prevenible si se mira con atención.