Las personas que consumen más edulcorantes bajos o sin calorías experimentan una disminución cognitiva 62 % más rápida –el equivalente a envejecer 1,6 años– especialmente si son menores de 60 años.
“Un consumo diario de edulcorantes de baja o cero caloría se asoció a un deterioro acelerado en memoria, fluidez verbal y cognición global”, advierten los autores del estudio, encabezado por la Dra. Claudia Kimie Suemoto, de la Universidad de São Paulo, publicado en Neurology, tras seguir durante ocho años a más de 12 700 trabajadores públicos brasileños.
La investigación reveló que quienes consumieron las mayores cantidades de edulcorantes artificiales como aspartame, saccharina, acesulfame K, eritritol, sorbitol y xilitol presentaron un deterioro cognitivo un 62 % más rápido que quienes consumieron menos, lo que equivale a un envejecimiento cerebral acelerado de aproximadamente 1,6 años.
El efecto adverso fue particularmente significativo en participantes menores de 60 años, mientras que el único edulcorante que no mostró vínculo con el deterioro fue la tagatosa, considerada una alternativa más segura.
Además, los resultados indicaron que quienes reportaron un consumo intermedio de estos edulcorantes también presentaron una disminución cognitiva más rápida —un 35 % mayor que el grupo de menor consumo— lo que equivaldría a 1,3 años de envejecimiento adicional.
Aunque el estudio es observacional y no establece causalidad —como señaló la Asociación Internacional de Edulcorantes y voceros de la industria—, los hallazgos ponen en duda la percepción de estos productos como alternativas completamente saludables al azúcar.
Ante estas evidencias, los investigadores sugieren reemplazos más naturales como miel, sirope de arce o tagatosa, y recomiendan moderar el uso prolongado de edulcorantes artificiales, sobre todo en la mediana edad, etapa crucial para la salud cerebral futura.
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