En el marco de la segunda Feria de Bienestar y Salud dirigida al adulto mayor, la reconocida cirujana de seno, Dra. Edmee Soltero, compartió su experiencia y preocupaciones sobre la realidad del cáncer de seno en la población envejeciente.
Con una trayectoria médica de 40 años, y las últimas dos décadas dedicadas específicamente al tratamiento del cáncer de seno, la doctora hizo un llamado a priorizar la detección temprana.
“Sabemos que entre el 48% y 50% de los diagnósticos de cáncer de seno se hacen después de los 50 años de edad”, explicó. “Muchas veces los adultos mayores llegan tarde a sus estudios por temor, y ya el cáncer está en un estadio más avanzado”, mencionó la Dra. Soltero.
Para la especialista, uno de los mayores retos en esta población es el acceso y cumplimiento con los estudios de cernimiento. “Hacerse los estudios de rutina es fundamental. La mamografía anual después de los 50 años sigue siendo el estándar. Pero también hay estudios complementarios como la sonomamografía y el MRI de seno, especialmente si el tejido es denso o si ya se ha diagnosticado un tumor”, afirmó
Más allá del diagnóstico técnico, la doctora Soltero abordó otro obstáculo clave: el aislamiento social. “Muchos adultos mayores están solos, sin familia o amigos que los acompañen. Eso complica el tratamiento. Por ejemplo, una persona que necesita radioterapia debe ir todos los días por varias semanas, o si recibe quimioterapia, necesita apoyo durante su recuperación en casa”.
La doctora recalcó que el tratamiento del cáncer de seno es un esfuerzo colectivo de varios especialistas. “Esto es un equipo. Están el radiólogo, el cirujano, el patólogo, el oncólogo médico y el radioterapeuta. Cada uno tiene un rol esencial. Hoy día, incluso las biopsias son mínimamente invasivas, con una pequeña aguja y anestesia local. Con ese tejido el patólogo nos da el diagnóstico preciso para tomar decisiones”, detalló.
Además, mencionó la importancia de explicar el proceso de manera clara y accesible para los pacientes. “A mis pacientes les digo que vamos a sacar unos ‘gusanitos’ del seno para analizarlos. Lo importante es que sepan que no es algo doloroso ni invasivo. Y si se detecta temprano, muchas veces ni siquiera se necesita quimioterapia”.
La doctora compartió casos esperanzadores que ha visto en su práctica. “Tenemos pacientes de hasta 97 años que están vivos y bien porque se detectó el cáncer a tiempo. Esa es la clave. Hay mecanismos para manejar esta enfermedad, pero debemos actuar a tiempo”.
También, reiteró la importancia del acompañamiento médico y emocional. “Los médicos primarios son clave. Ellos deben orientar y recordar a sus pacientes sobre las citas de rutina. Y las familias, los vecinos, las amistades, tienen un rol esencial en apoyar a quienes enfrentan este diagnóstico”.
La doctora Soltero dejó claro que aunque el cáncer de seno sigue siendo una enfermedad compleja, el compromiso con la detección temprana y el apoyo comunitario pueden marcar la diferencia en la vida de los adultos mayores.