La tecnología avanza a pasos agigantados y sus repercusiones alcanzan incluso la forma en la que concebimos la maternidad. Investigadores en China trabajan en el desarrollo de robots que podrían gestar bebés humanos, replicando el proceso natural del embarazo con ayuda de un útero artificial.
¿Cómo funcionaría un embarazo en un robot?
De acuerdo con el Dr. Zhang Qifeng, de la Universidad Tecnológica de Nanyang, estos androides no serían simples incubadoras, sino que serían capaces de reproducir todo el proceso del embarazo, desde la concepción hasta el parto.
El sistema se basa en un útero artificial instalado en el “abdomen” del robot. A través de una manguera, el feto recibiría nutrientes, oxígeno y un ambiente controlado para desarrollarse durante los nueve meses de gestación. Esta tecnología ya ha mostrado resultados prometedores en experimentos con animales. Aunque todavía no está claro cómo se lograría la fecundación y la implantación de óvulos y espermatozoides, los científicos aseguran que la investigación se encuentra en una fase avanzada.
Según el medio chino Kuai Ke Zhi, se espera que el primer prototipo de “robot embarazado” esté listo en un año, con un costo aproximado de 100.000 yuanes, aproximadamente 12.000 euros. La propuesta no se limita al desarrollo técnico, también se han llevado a cabo foros de discusión con autoridades locales en Guangdong para explorar marcos legales y éticos que regulen este tipo de innovación.
¿Avance o amenaza?
La noticia ha generado opiniones encontradas. Para algunos, esta tecnología representa una esperanza para parejas con problemas de infertilidad y un paso hacia la “liberación” de las mujeres de los riesgos y dolores asociados al embarazo. Comentarios como “Qué bueno que las mujeres no tengan que sufrir” o “Las mujeres por fin se han liberado” reflejan el entusiasmo de ciertos sectores. Sin embargo, no faltan las críticas. Entre las preocupaciones expresadas se encuentran la desconexión del feto con una madre biológica, la posible deshumanización del proceso y el origen de los óvulos utilizados. Para muchos, estas preguntas abren un debate profundo sobre los límites éticos de la biotecnología.
Aunque aún falta camino para que un robot pueda gestar un embarazo completo, los avances en úteros artificiales y biotecnología reproductiva apuntan a un futuro en el que la maternidad podría transformarse radicalmente.
Lo que hoy parece ciencia ficción podría convertirse en una alternativa real para millones de personas, pero también plantea dilemas que la sociedad tendrá que resolver, ¿hasta dónde estamos dispuestos a dejar que la tecnología redefina la vida humana?.
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