El silencioso pero peligroso impacto del vapeo en el corazón y su sistema vascular

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El vapeo puede reducir la producción de óxido nítrico en las arterias hasta en un 30 %, lo que dificulta la dilatación de los vasos sanguíneos y aumenta el riesgo de hipertensión y enfermedades cardiovasculares.

Cuando pensamos en los peligros del tabaquismo, lo primero que suele venir a la mente es el cáncer de pulmón. Esta asociación es válida, ya que más del 75% de los casos de cáncer de pulmón se deben al consumo de tabaco. Sin embargo, lo que muchas personas no saben es que los fumadores tienen más probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares que por cáncer de pulmón.

El tabaco contiene más de 7,000 sustancias químicas, incluidas más de 60 carcinógenos conocidos, así como alquitranes y otras toxinas que afectan negativamente el sistema cardiovascular. Estudios han demostrado que los fumadores de entre 40 y 59 años tienen el doble de probabilidades de sufrir un infarto fatal o un accidente cerebrovascular.

Pero, ¿qué ocurre con el vapeo?

Inicialmente, los cigarrillos electrónicos fueron comercializados como una alternativa para dejar de fumar. Sin embargo, su popularidad ha aumentado de manera alarmante. Entre 2020 y mediados de 2024, el mercado del vapeo creció un 34.7%, y actualmente existen más de 6,000 productos de vapeo disponibles en los Estados Unidos. A pesar de este auge, la investigación sobre sus efectos en la salud a largo plazo sigue siendo limitada.

¿Ayuda el vapeo a dejar de fumar?

A pesar de la creencia popular, el vapeo no es un método seguro ni efectivo para dejar el tabaco. Tanto los cigarrillos tradicionales como los electrónicos contienen nicotina, una sustancia altamente adictiva. La diferencia principal es que en los vapes, la nicotina se inhala a través de un líquido calentado en lugar de la combustión del tabaco. Sin embargo, el efecto en el cerebro es el mismo: un rápido golpe de nicotina que refuerza la adicción.

Los organismos de salud, como la FDA y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), recomiendan que las personas que desean dejar de fumar recurran a tratamientos aprobados médicamente en lugar de utilizar cigarrillos electrónicos. Además, se ha observado que muchas personas que comienzan a vapear terminan fumando cigarrillos tradicionales en lo que se conoce como «uso dual». Un estudio de 2019 en el Reino Unido encontró que el 25% de los participantes que usaban vapes para dejar de fumar terminaron combinando ambos productos.

¿Es el vapeo más seguro que fumar?

En algunos aspectos, el vapeo podría considerarse menos dañino que fumar tabaco tradicional, pero eso no significa que sea seguro. Los estudios han demostrado que el vapeo está relacionado con problemas pulmonares y cardiovasculares. Aunque los cigarrillos electrónicos contienen menos sustancias tóxicas que el tabaco, siguen incluyendo compuestos perjudiciales como formaldehído y acroleína, que pueden causar daños pulmonares y cardiovasculares.

Si bien dejar de fumar mejora la función pulmonar, no hay evidencia de que vapear tenga beneficios similares para la salud respiratoria.

Efectos del vapeo en el corazón

Los efectos del vapeo en la salud cardiovascular son alarmantes. Se ha descubierto que aumenta la frecuencia cardíaca y la presión arterial, colocando al cuerpo en un estado de «activación simpática», similar a la respuesta de lucha o huida. A largo plazo, esta situación puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

El uso prolongado de cigarrillos electrónicos también puede dañar los vasos sanguíneos, ya que reduce la producción de óxido nítrico en aproximadamente un 30%. El óxido nítrico es fundamental para la relajación de los vasos sanguíneos y la circulación sanguínea adecuada. Esto puede derivar en hipertensión y otros problemas cardiovasculares.

Vapear diariamente casi duplica el riesgo de sufrir un infarto, y este riesgo es aún mayor en quienes combinan el vapeo con el consumo de cigarrillos tradicionales. Además, un estudio de 2024 reveló que las personas que usan cigarrillos electrónicos tienen un 20% más de probabilidades de desarrollar insuficiencia cardíaca en comparación con quienes nunca han fumado ni vapeado.

Beneficios de dejar de fumar y vapear

Abandonar tanto el tabaco como los cigarrillos electrónicos reduce significativamente la exposición a sustancias tóxicas que afectan el corazón y el sistema cardiovascular. Si bien los estudios específicos sobre los beneficios de dejar de vapear son limitados, se sabe que dejar de fumar tabaco mejora la salud cardiovascular de forma significativa. Por ejemplo, reduce el riesgo de coágulos sanguíneos y la acumulación de placas en las arterias, además de disminuir la probabilidad de infartos y otras complicaciones graves.

Estrategias para dejar de fumar y vapear

Existen varias estrategias efectivas para dejar de fumar, incluyendo tratamientos aprobados por la FDA, como parches de nicotina, chicles, pastillas y medicamentos como la vareniclina (Chantix) y el bupropión (Wellbutrin).

Para manejar la abstinencia, se recomienda reducir gradualmente el número de cigarrillos o inhalaciones de vapeo en un tercio cada semana hasta llegar a niveles mínimos y, eventualmente, eliminarlos por completo. Otra opción es disminuir progresivamente la concentración de nicotina en los dispositivos de vapeo sin aumentar el número de caladas.

El proceso de dejar de fumar o vapear puede sentirse extraño al principio, pero la persistencia es clave. Las recaídas son comunes, pero lo importante es seguir intentando. La ayuda profesional puede aumentar hasta cuatro veces las probabilidades de éxito, por lo que trabajar con un especialista en salud es una excelente opción para aquellos que desean dejar este hábito.

En conclusión, aunque el vapeo se percibe como una alternativa «menos dañina» al tabaquismo, los riesgos para la salud cardiovascular son considerables. Dejar de fumar y vapear es una de las mejores decisiones para mejorar la salud y prevenir enfermedades graves a largo plazo.

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