La enfermería oncológica desempeña un papel fundamental en el acompañamiento de los pacientes con cáncer, no solo desde el cuidado clínico, sino también desde el apoyo emocional, la educación y la orientación constante a lo largo de todo el proceso de la enfermedad.
En este contexto, Militza Negrón, enfermera oncóloga y miembro de la Asociación de Enfermería Oncológica y Hematológica de Puerto Rico, y Maribel Meléndez, enfermera oncóloga del Centro Comprensivo de Cáncer comparten su experiencia y visión sobre el impacto humano de su labor diaria, los avances en los tratamientos y el rol esencial que cumplen como puente entre el paciente, la familia y el equipo médico.
“Estamos con el paciente desde el primer día, en un escenario lleno de miedo e incertidumbre. Nos convertimos en una familia escogida. No sólo administramos tratamientos, también damos la mano, escuchamos historias, lloramos y reímos. Este rol trasciende el tiempo y deja huellas profundas en los pacientes que tocamos”, afirmó Militza.
Los avances en la oncología han transformado la experiencia del paciente y del personal de salud. Militza Negrón destacó el impacto positivo de las nuevas terapias, como los anticuerpos monoclonales y las monoterapias avanzadas.
“Antes, muchos pacientes permanecían entre seis a ocho horas recibiendo tratamientos intravenosos. Hoy, con modalidades subcutáneas, el tiempo de permanencia es mucho menor, lo que les permite continuar con sus actividades diarias y mejorar su calidad de vida”, explicó. Además, resaltó que esta modalidad optimiza el trabajo del personal de enfermería, permitiendo atender a más pacientes sin sacrificar la calidad del cuidado.
Educación, la base para reducir el miedo y mejorar la adherencia
Para las enfermeras oncológicas, la educación es una de las herramientas más poderosas en el acompañamiento del paciente. Militza Negrón enfatiza que un paciente informado enfrenta el proceso con mayor tranquilidad.
“Cuando el paciente entiende qué va a pasar, conoce los efectos secundarios y sabe cómo manejarlos, disminuye la ansiedad y mejora la adherencia al tratamiento. Muchas veces llegan llenos de miedo y no comprenden todo lo que el médico les explicó. Entonces acudimos nosotras y comenzamos de nuevo, explicando paso a paso el plan de tratamiento”, señaló.
También destacó que la educación no solo beneficia al paciente, sino a los familiares y cuidadores, quienes reciben orientación directa y un contacto para resolver dudas.
Enfermería, el puente entre el médico y el paciente
Por su parte, Maribel Meléndez, explicó que el personal de enfermería cumple un papel clave como enlace entre el equipo médico y el paciente.
“El rol del enfermero en esta etapa es sumamente importante. Debemos entender la condición del paciente para explicársela con claridad. Aunque el médico orienta, la enfermería aporta ese toque más humano, convirtiéndonos en una familia para el paciente. También identificamos necesidades sociales y podemos referirlo a entidades de apoyo”, expresó.
Maribel destacó que muchas veces los pacientes no se atreven a hacer ciertas preguntas al médico, especialmente sobre temas personales, alimentación, trabajo o vida íntima. “Son dudas que se quedan en silencio por miedo o vergüenza, y es ahí donde el paciente encuentra en la enfermería un espacio de confianza para hablar libremente”, agregó.
Finalmente, Maribel compartió una experiencia que refleja la satisfacción de su labor. Relató el caso de un paciente con mieloma múltiple que inicialmente llegó en silla de ruedas y tras recibir tratamiento, logró recuperar su movilidad. “Ver cómo recibimos a un paciente de una manera y luego verlo salir caminando es algo profundamente satisfactorio. Es una de las mayores recompensas de nuestra profesión”, concluyó.









