En medio de una era marcada por avances científicos sin precedentes, la vacunación sigue siendo una de las herramientas más poderosas de la salud pública. Así lo afirma el doctor Carlos Álvarez, infectólogo, quien compartió con nosotros su visión sobre los progresos y desafíos actuales en torno a las vacunas.
Avances científicos revolucionarios
“El mayor avance en vacunas ha sido las relacionadas con la COVID-19, especialmente las de tecnología de ARN mensajero, que abren una nueva alternativa a las vacunas que ya conocemos”, explicó el Dr. Álvarez. Esta tecnología, que se desarrolló durante décadas, logró finalmente una estabilidad que permitió su uso masivo durante la pandemia.
Además, el experto destacó el desarrollo de vacunas más seguras y potentes, como las vacunas contra el herpes zóster y el neumococo. “Definitivamente estamos viendo un incremento de vacunas que no solamente son mucho más seguras, sino más potentes, y es una ventaja muy grande”, puntualizó.
Los desafíos de la ciencia y la logística
Sin embargo, el camino hacia una inmunización global efectiva no está exento de obstáculos. “Hacer una vacuna para el VIH no es fácil, porque el virus rápidamente se integra al material genético humano. En el caso de la malaria, el parásito tiene diferentes ciclos dentro del cuerpo, lo que complica el desarrollo de vacunas”, explicó.
El Dr. Álvarez también enfatizó en las barreras logísticas: “Además de producir una vacuna efectiva, se necesita garantizar su distribución y conservación. Por ejemplo, las vacunas de ARN mensajero eran muy inestables al comienzo, y solo avances recientes permitieron su estabilización”.
La amenaza de la desinformación
Uno de los problemas más serios que enfrenta hoy la vacunación es la desinformación. “La vacuna es un buen ejemplo de los retos en la comunicación actual. Hablamos de infodemia, una pandemia de información falsa que se repite tanto que se percibe como verdadera”, advirtió el doctor.
Según el infectólogo, muchos mitos ganaron terreno durante la pandemia, como supuestas alteraciones genéticas o chips implantados. “Algunas de estas teorías incluso se han usado como banderas políticas, lo que politiza la salud pública y genera desconfianza”, señaló, recordando el daño que causó un estudio falso que relacionaba las vacunas con el autismo, pese a haber sido retractado.
La vacunación avanza con pasos firmes gracias a la ciencia, pero enfrenta la amenaza constante de la desinformación. En palabras del Dr. Álvarez, la clave está en “confiar en la evidencia, en la ciencia, y en seguir construyendo una cultura de prevención basada en información verificada”.