La microbiota intestinal redefine el enfoque de las enfermedades reumáticas

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“Cada paciente tiene una composición única de microbiota, y cuando esta se desequilibra, el sistema inmunológico puede reaccionar de forma exagerada, atacando los propios tejidos”

La salud intestinal sigue revelando su papel más allá del aparato digestivo. Cada vez más investigaciones muestran que el equilibrio del microbioma podría influir directamente en el desarrollo y control de enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoidea, la psoriasis o el lupus.

Esta relación fue uno de los temas destacados durante el 58° Congreso Argentino de la Sociedad Argentina de Reumatología, donde especialistas discutieron cómo modular la microbiota podría convertirse en una estrategia terapéutica clave en el futuro.

Durante el evento, la doctora Eliana Delgado, médica reumatóloga, destacó que las bacterias intestinales tienen una función reguladora en la respuesta inmune, y su alteración —conocida como disbiosis— puede generar un ambiente inflamatorio que favorece la aparición de enfermedades reumáticas.

“Cada paciente tiene una composición única de microbiota, y cuando esta se desequilibra, el sistema inmunológico puede reaccionar de forma exagerada, atacando los propios tejidos”, explicó la especialista.

Según los estudios presentados, la disbiosis no solo podría estar involucrada en la aparición de enfermedades reumáticas, sino también en la respuesta al tratamiento. Se ha observado que la composición bacteriana intestinal podría influir en la eficacia de fármacos biológicos o inmunosupresores, lo que abre nuevas posibilidades para la medicina personalizada.

Tres caminos para intervenir

Los especialistas destacaron tres estrategias de intervención: la modificación de la dieta, la modulación de la microbiota mediante prebióticos y probióticos, y el trasplante de microbiota fecal.

En el caso de la artritis reumatoidea, los cambios dietarios basados en la dieta mediterránea y patrones ovolactovegetarianos han mostrado resultados prometedores. En la psoriasis, las estrategias nutricionales deben ser personalizadas, y en el lupus, se apunta también a un enfoque mediterráneo, aunque los estudios aún están en etapas iniciales.

Otra alternativa emergente es el uso de posbióticos, es decir, componentes inactivos de microorganismos probióticos que conservan sus efectos beneficiosos. Estos compuestos podrían ofrecer ventajas en pacientes inmunocomprometidos al no implicar riesgos de infección.

Hacia una medicina de precisión

La investigación actual también explora el potencial de las vesículas extracelulares derivadas de probióticos, estructuras capaces de modular las respuestas inmunitarias y facilitar la administración de tratamientos. Este avance, según Velozo, podría integrarse en el futuro dentro del campo de la medicina de precisión, aunque aún enfrenta un obstáculo clave: determinar con exactitud qué necesita cada microbiota.

Para lograrlo, los expertos mencionaron la secuenciación metagenómica tipo “shotgun”, una técnica que permite analizar de forma integral todos los microorganismos de una muestra, incluyendo bacterias, virus, hongos y arqueas. Sin embargo, su alto costo sigue siendo una barrera para su aplicación clínica generalizada.

“Disminuir el costo del análisis metagenómico es esencial para que la medicina de precisión en enfermedades reumáticas deje de ser una promesa y se convierta en una realidad”, concluyó Velozo.

Con estas nuevas herramientas, la reumatología se acerca cada vez más a un modelo terapéutico que no solo trate la enfermedad, sino que entienda y modifique el ecosistema microbiano que la acompaña.

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