La obesidad y su relación con el Síndrome de Ovario Poliquístico

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Loida A. González-Rodríguez, MD FACE

Por: Loida A. González-Rodríguez, MD FACE

El Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP) es una de las condiciones endocrinológicas más comunes entre las mujeres, con una prevalencia estimada entre 5 a 13%. Esto significa que 5 a 13 de cada 100 mujeres sufren de esta condición. A pesar de lo común de esta condición, alrededor del 70% de las mujeres que lo padecen no son diagnosticadas adecuadamente. 

Entre los síntomas principales se encuentran las menstruaciones irregulares, el crecimiento excesivo de vello (hirsutismo), el acné y la dificultad para quedar embarazada. Además, muchas mujeres con SOP también enfrentan problemas con el peso, ya que esta condición se asocia con la obesidad y la resistencia a la insulina. La insulina es una hormona producida por nuestro páncreas la cual nos ayuda a que la glucosa (azúcar) pueda entrar a nuestras células del cuerpo y podamos utilizarla como fuente de energía. 

Existen condiciones en las que nuestro cuerpo produce suficiente insulina, pero no puede utilizarla adecuadamente creando lo que conocemos como resistencia a la insulina. Esto resulta en un aumento en los niveles de glucosa en la sangre. Altos niveles de glucosa en la sangre ocasionan daños en todos los tejidos del cuerpo y con el tiempo puede llevar a complicaciones de salud tales como enfermedad del corazón, problemas en los riñones, en los nervios y en la visión.

Aunque se conoce que el SOP se caracteriza por un desequilibrio en las hormonas reproductivas, y puede tener un componente genético, la causa exacta no se conoce completamente. Sin embargo, la mayoría de las mujeres que presentan esta condición también padecen de resistencia a la insulina. Esta resistencia a la insulina contribuye a aumentar en peso y acumulación de grasa, especialmente en el área abdominal. Varios estudios han observado que más del 50% de las mujeres con SOP padecen obesidad. Según los datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) al 2022 la prevalencia de obesidad en mujeres mayores de 18 años en Puerto Rico era de 37.6% (1 de cada 3 mujeres adultas en PR vive con obesidad), una cifra extremadamente alarmante.

La obesidad empeora los síntomas del SOP de varias maneras. Un peso elevado altera la producción de las hormonas reproductivas haciendo que los ciclos menstruales sean menos frecuentes y pueden hasta desaparecer por completo. Estas irregularidades menstruales no solo afectan la ovulación ocasionando problemas para quedar embarazadas, sino que también aumenta el riesgo de padecer cáncer de endometrio. El aumento en peso también empeora la resistencia a la insulina lo que aumenta el riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2 a una edad más temprana. 

Según datos del CDC, más de la mitad de las mujeres con SOP presentan diabetes tipo 2 antes de llegar a los 40 años. Por otro lado, las mujeres con SOP y obesidad tienen mayor riesgo de padecer síndrome metabólico, alta presión, problemas de colesterol, apnea del sueño, hígado graso y enfermedades cardiovasculares. Tanto la obesidad como el SOP afectan la autoestima lo que puede ocasionar trastornos en la alimentación y en los estados de ánimo y puede llevar a condiciones como depresión y ansiedad afectando grandemente la calidad de vida de las pacientes.

Como hemos mencionado, las mujeres con SOP pueden padecer muchas condiciones reproductivas y metabólicas por lo que el enfoque del tratamiento va a depender de los desórdenes y síntomas que presenta, así como del deseo de fertilidad. A pesar de que no existe un tratamiento específico para el SOP, la pérdida de peso sigue siendo la primera línea de terapia para las mujeres con SOP y sobrepeso u obesidad. Aunque perder peso con SOP puede ser un reto, una reducción del 5 al 10% del peso corporal puede mejorar significativamente los síntomas, restaurar los ciclos menstruales y disminuir el riesgo metabólico. 

Se ha visto que cambios en los estilos de vida tales como una dieta balanceada, ejercicio moderado y cambios en comportamiento son más efectivos en mejorar la resistencia a insulina, controlar la producción de hormonas masculinas y mejorar los síntomas de SOP. Aunque las dietas bajas en carbohidratos son populares entre las pacientes con SOP, no existe evidencia clara de que un tipo de dieta sea superior a otra en estas pacientes. El ejercicio regular y constante puede disminuir la resistencia a la insulina por lo que se recomienda al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana. El manejo del estrés también es importante para mejorar los síntomas de depresión y ansiedad. Técnicas como meditación, yoga y ejercicios de respiración pueden ser beneficiosas.

Dependiendo de la severidad de los síntomas su médico puede recomendar el uso de medicamentos tales como pastillas anticonceptivas para regular los ciclos menstruales y reducir el exceso de vellos corporales. Dependiendo de la respuesta se pueden añadir bloqueadores de las hormonas masculinas para mejorar el acné y el hirsutismo. Si la paciente ya presenta resistencia a la insulina y niveles elevados de glucosa en sangre se puede recomendar el uso de metformina. 

El uso de medicamentos para bajar de peso tales como los agonistas de GLP-1 pueden ser una opción de tratamiento. Sin embargo, es importante recalcar que el uso de estos medicamentos debe ser bajo supervisión médica por un especialista en obesidad. El uso de estas terapias va a depender del deseo que tenga la paciente de quedar embarazada. Debido al aumento en infertilidad en las pacientes con SOP es importante la evaluación temprana con un especialista en infertilidad.

La obesidad y el SOP están estrechamente relacionados, pero con cambios en el estilo de vida y el apoyo adecuado, es posible mejorar los síntomas y su calidad de vida. La pérdida

adecuada de peso puede marcar una gran diferencia en su salud hormonal y metabólica. Si usted piensa que puede tener el SOP y está teniendo dificultades con el peso, consulte con su médico. Recuerde que un tratamiento temprano puede evitar futuras complicaciones y mejorar grandemente su calidad de vida.

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