Vacunas: herramienta con beneficios que van más allá de la prevención de infecciones

frame fotos notas ph latam (18)
La evidencia acumulada resalta la necesidad de que el médico de atención primaria identifique el perfil inmunológico de cada paciente.

Cada año, del 24 al 30 de abril, la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra la Semana Mundial de la Inmunización, una oportunidad para resaltar el impacto transformador de las vacunas. 

Según cifras oficiales, las vacunas han salvado al menos 154 millones de vidas en las últimas cinco décadas, lo que equivale a seis vidas por minuto. Este impacto se ha observado tanto en niños como en adultos, y la meta actual de la OMS es eliminar todas las enfermedades prevenibles mediante vacunas, asegurando una cobertura universal.

Nuevas aplicaciones: más allá de las infecciones

El medio especializado Medscape destacó en su más reciente entrega varios adelantos científicos que extienden el potencial de las vacunas. Uno de los casos más prometedores es el uso de una vacuna sublingual antibacteriana en pacientes con infecciones urinarias recurrentes. 

Un estudio multicéntrico en España demostró que esta inmunoprofilaxis logró reducir significativamente los episodios de infección tras la administración, así como la necesidad de visitas médicas, pruebas diagnósticas y tratamientos antibióticos. Esta estrategia representa un cambio de paradigma en el abordaje de infecciones recurrentes, al fortalecer el sistema inmunológico desde la prevención.

Otra vacuna con gran impacto es la del virus del papiloma humano (VPH), clave en la prevención de múltiples tipos de cánceres ginecológicos. La OMS recomienda lograr una cobertura del 90 % en niñas antes de los 15 años para 2030, aunque también se aconseja su aplicación en mujeres con diagnóstico o antecedentes de lesiones asociadas al VPH, incluso después del tratamiento.

Vacunas y enfermedades neurológicas y cardiovasculares

Uno de los hallazgos más innovadores proviene de la Universidad de Stanford, donde investigadores descubrieron que los adultos mayores que recibieron la vacuna contra el herpes zóster (Zostavax) tenían un 20% menos riesgo de desarrollar demencia. El efecto fue más marcado en mujeres. 

Si bien aún se investiga el mecanismo exacto, se plantea que esta protección podría deberse a una estimulación general del sistema inmunológico o a la reducción de reactivaciones virales, que afectarían el sistema nervioso central. Estos resultados han motivado investigaciones sobre los beneficios de vacunas más recientes, como Shingrix, también en la prevención de enfermedades neurodegenerativas.

En el ámbito cardiovascular, estudios como el FLUVACS sugieren que la vacunación contra la gripe podría reducir el riesgo de mortalidad y eventos isquémicos en pacientes con antecedentes de infarto o que han recibido una angioplastia. 

Esto refuerza la hipótesis de que ciertas vacunas no solo protegen contra infecciones, sino que también podrían modular la respuesta inmune en momentos críticos del año, como las temporadas de alta circulación viral.

Asimismo, investigaciones recientes en Dinamarca revelan que la infección por virus sincitial respiratorio (VSR) eleva el riesgo de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, especialmente en personas con comorbilidades. Estos hallazgos impulsan la recomendación de vacunación preventiva frente al VSR en poblaciones de riesgo.

El papel del médico y la importancia de la educación

La evidencia acumulada resalta la necesidad de que el médico de atención primaria identifique el perfil inmunológico de cada paciente, evaluando qué vacunas son prioritarias en función de la edad, el estado de salud y los factores de riesgo. Asimismo, es clave su rol en la promoción activa de la vacunación para prevenir complicaciones futuras y contener el avance de enfermedades crónicas.

La vacunación ya no se limita a un acto pediátrico; se ha transformado en una herramienta dinámica, transversal y cada vez más personalizada, con efectos que van desde la prevención de infecciones hasta la protección frente a condiciones como la demencia o las enfermedades cardiovasculares. En un contexto de constante evolución médica, seguir de cerca estos adelantos es esencial para una práctica clínica basada en evidencia.

Últimos artículos