Desarrollan tratamiento intranasal contra la obesidad que actúa directamente en el cerebro

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En Nanobesity, su diseño intranasal aprovecha la conexión directa entre la cavidad nasal y el cerebro a través del nervio olfatorio, lo que permite sortear la barrera hematoencefálica sin necesidad de técnicas invasivas.

Cuando hablamos de obesidad, lo primero que suele venir a la mente es el exceso de peso corporal. Sin embargo, esta enfermedad es mucho más compleja y va más allá de lo que muestra una báscula. La comunidad científica lleva años demostrando que la obesidad no es solo una acumulación de grasa, sino una condición con raíces profundas en el funcionamiento del cerebro, especialmente en una región clave llamada hipotálamo, responsable de regular el apetito, el metabolismo y el equilibrio energético del cuerpo.

Conscientes de esto, un equipo de investigadores del Grupo de Neurolípidos de la Universidad Internacional de Cataluña (UIC Barcelona), en colaboración con el Instituto de Biotecnología y Biomedicina (IBB) de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), ha desarrollado una innovadora solución terapéutica que actúa directamente en el centro de control del apetito. Se trata de una proteína especialmente diseñada para ser administrada por vía intranasal, lo que permite que llegue al cerebro de forma rápida, segura y eficaz.

Esta aproximación revolucionaria no solo cambia la forma en que se trata la obesidad, sino que también abre la puerta a nuevas estrategias para abordar enfermedades metabólicas relacionadas, como la diabetes tipo 2.

¿En qué consiste el tratamiento y cómo actúa?

El tratamiento, bautizado con el nombre provisional de “Nanobesity”, es una nanomolécula proteica creada en laboratorio. A diferencia de los medicamentos orales tradicionales, que deben atravesar el sistema digestivo y luego ingresar al torrente sanguíneo antes de alcanzar su destino, esta nueva terapia se aplica por la nariz, una ruta que permite un acceso directo y rápido al cerebro.

Una vez en el organismo, esta proteína se dirige al hipotálamo, donde actúa sobre ciertas neuronas específicas involucradas en el control del hambre y del gasto energético. Según explica la doctora Rosalía Rodríguez, directora del Departamento de Ciencias Biomédicas de UIC Barcelona y co-líder del proyecto, “esta nanoplataforma tiene un efecto muy potente: reduce el apetito y aumenta el gasto calórico, incluso en reposo”.

El resultado de esta doble acción es muy prometedor: se logra un equilibrio metabólico más saludable sin necesidad de alterar otros órganos ni sistemas. Aún más importante, los efectos del tratamiento se mantienen en el tiempo, lo que podría ayudar a controlar el peso corporal de forma más sostenida y evitar el temido “efecto rebote” que suele acompañar a muchos tratamientos convencionales.

Natural, bien tolerada y sin toxicidad en animales

Uno de los aspectos más destacados de este nuevo enfoque es su perfil de seguridad. La molécula desarrollada es 100 % proteica, lo que significa que está compuesta únicamente de proteínas, sin componentes artificiales o tóxicos. En los estudios realizados hasta ahora en modelos animales, los investigadores no han detectado ningún signo de rechazo ni efectos secundarios relevantes.

Esto es especialmente relevante en el campo de la obesidad, ya que muchos tratamientos existentes presentan efectos adversos como náuseas, problemas digestivos o alteraciones cardiovasculares. Al tratarse de una sustancia de origen natural, adaptada para actuar con precisión en el sistema nervioso, se espera que esta nueva opción sea mucho mejor tolerada por los pacientes.

Un avance con potencial para la diabetes tipo 2

Aunque el foco principal de este tratamiento es la obesidad, sus implicaciones podrían ir más allá. La diabetes tipo 2, una enfermedad metabólica crónica caracterizada por una resistencia a la insulina y niveles elevados de azúcar en sangre, está estrechamente ligada al exceso de peso. Muchos pacientes con obesidad terminan desarrollando diabetes tipo 2, y viceversa.

Por eso, los investigadores están evaluando la posibilidad de aplicar este tratamiento también en personas con diabetes tipo 2. Según indica la doctora Rodríguez, uno de los siguientes pasos será identificar a qué tipos de obesidad y perfiles de paciente podría adaptarse mejor esta solución, y estudiar si sus efectos pueden extenderse también al control del azúcar en sangre y a la mejora general del metabolismo.

Un problema de salud global

El desarrollo de nuevas terapias para la obesidad es más urgente que nunca. Según datos recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad afecta a una de cada ocho personas en el mundo. Además, el 43 % de los adultos tiene sobrepeso, y el 16 % ya es considerado clínicamente obeso. El problema no se limita a los adultos: más de 37 millones de niños menores de cinco años también tienen sobrepeso, una cifra alarmante que anticipa graves consecuencias para las generaciones futuras.

Desde 1990, la obesidad se ha duplicado entre los adultos y se ha cuadruplicado entre los adolescentes. Estas cifras reflejan no solo un problema individual, sino un desafío colectivo de salud pública que demanda soluciones innovadoras, seguras y eficaces. El avance presentado por el equipo de Barcelona representa un paso importante en esa dirección.

¿Qué viene después?

Tras años de investigación, el proyecto ha superado ya las fases iniciales: pruebas in vitro (en laboratorio) y ensayos en animales. Actualmente, el equipo está en proceso de registrar la patente y preparar los estudios clínicos en humanos, cumpliendo con los requisitos regulatorios necesarios. Estas próximas etapas serán cruciales para confirmar la seguridad y eficacia del tratamiento en personas y determinar su uso potencial a gran escala.

De confirmarse los buenos resultados observados hasta ahora, esta terapia intranasal podría convertirse en una herramienta de referencia para abordar no solo el exceso de peso, sino también sus complicaciones metabólicas asociadas.

La obesidad es un problema de salud pública mundial

La obesidad es una enfermedad compleja, con raíces neuronales y consecuencias metabólicas que van más allá del simple aumento de peso. Enfrentarla requiere enfoques que no solo reduzcan kilos, sino que actúen sobre los mecanismos que la originan.

El tratamiento intranasal desarrollado por el equipo de UIC Barcelona ofrece una visión esperanzadora en esa dirección. Al actuar directamente en el cerebro, regular el apetito y aumentar el gasto calórico sin efectos secundarios detectados, esta innovadora nanomolécula podría representar un nuevo paradigma en la lucha contra la obesidad y la diabetes tipo 2.

Aunque aún queda camino por recorrer, la ciencia demuestra una vez más que, con creatividad y rigor, es posible cambiar el rumbo de enfermedades que parecían imposibles de controlar.

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