El tratamiento del cáncer puede afectar la estructura y la función de los huesos, especialmente cuando existen metástasis óseas. En estos casos, los bifosfonatos se convierten en un aliado clave para reducir el dolor, prevenir fracturas y mantener niveles adecuados de calcio en sangre.
¿Qué son los bifosfonatos y cómo actúan?
Los bifosfonatos limitan la actividad de los osteoclastos, células encargadas de descomponer el tejido óseo. Cuando estas células actúan en exceso, el hueso se debilita y aumenta la liberación de calcio a la sangre. Este grupo de medicamentos ayuda a preservar la densidad ósea y estabilizar los valores de calcio, que deben mantenerse entre 8.5 y 10.9 mg/dl.
Durante el tratamiento, se recomienda que el paciente consuma suplementos de calcio y vitamina D, fundamentales para mantener huesos fuertes y prevenir deficiencias.
Cuidados antes de iniciar el tratamiento
Antes de comenzar una terapia con bifosfonatos, se deben tomar precauciones dentales importantes:
- Realizar un examen dental completo y una limpieza profesional.
- Ajustar adecuadamente las prótesis dentales.
- Cepillarse los dientes después de cada comida con un cepillo de cerdas suaves.
- Usar hilo dental una vez al día y consultar al médico si hay sangrado.
- Revisar encías y dientes diariamente para detectar cambios o molestias.
Zoledronic acid (Zometa): usos y efectos secundarios
El ácido zoledrónico (Zometa) es uno de los bifosfonatos más utilizados para tratar el dolor causado por metástasis óseas o la osteoporosis. Sin embargo, su acumulación en los huesos puede generar efectos secundarios, especialmente en pacientes sometidos a radioterapia en cabeza y cuello o con infecciones orales previas.
Entre los efectos adversos más frecuentes se encuentran:
- Dolor de huesos, articulaciones o músculos.
- Náuseas, vómitos, fiebre y fatiga.
- Alteraciones renales.
- Fibrilación auricular.
- Irritación o sensibilidad ocular.
Osteonecrosis de la mandíbula
Uno de los efectos más graves asociados al uso prolongado de bifosfonatos es la osteonecrosis de la mandíbula, una condición en la que el tejido óseo pierde su capacidad de regenerarse y queda expuesto. Puede manifestarse con dolor en la mandíbula, infecciones recurrentes, halitosis, úlceras o pérdida de dientes, dificultando la alimentación y el habla.
Los factores de riesgo incluyen una mala salud dental, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, tratamientos oncológicos intensivos y el uso prolongado de corticosteroides.
La prevención es esencial para evitar complicaciones:
- Mantener una buena higiene oral.
- No fumar ni consumir alcohol en exceso.
- Someterse a evaluaciones dentales periódicas.
El tratamiento depende de la gravedad del caso:
- En casos leves, se elimina el tejido necrótico y se utilizan enjuagues antibacterianos.
- En casos severos, se requiere cirugía, antibióticos y suspensión temporal o definitiva del bifosfonato.
Rol de enfermería
El equipo de enfermería cumple un papel crucial en la educación del paciente y la vigilancia del tratamiento. Sus funciones incluyen:
- Orientar sobre el consumo adecuado de calcio y vitamina D.
- Promover una correcta higiene oral.
- Explicar el uso y los posibles efectos del medicamento.
- Vigilar signos de infección y manejar los efectos secundarios.
- Revisar los resultados de laboratorio, especialmente niveles de calcio y creatinina.
Una atención de enfermería integral garantiza una administración segura y eficaz de los bifosfonatos, contribuyendo a mejorar la calidad de vida y a prevenir complicaciones en pacientes con cáncer.
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