Con la llegada de la Navidad, las mesas se llenan de diferentes comidas, entre estas los alimentos azucarados que invitan a disfrutar de la temporada festiva. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud advierte que el consumo de azúcares añadidos no debe superar el 10% de la ingesta calórica diaria. Aunque esta cifra puede parecer modesta, las consecuencias del abuso de los dulces pueden ser devastadoras para la salud.
La Federación Española de Nutrición señala que, a pesar de que el azúcar es uno de los alimentos más antiguos, su impacto en la salud ha generado controversia en los últimos años. La nutricionista Carmen Fanjul, de Las Caldas Villa Termal by Blau Hotels, explica que el azúcar es un aditivo tentador que, si se consume en exceso, puede causar daños irreversibles en el organismo.
El abuso de azúcares añadidos, presentes en la mayoría de los postres navideños, está relacionado con una serie de enfermedades graves, que incluyen diabetes, obesidad, hipertensión y ciertos tipos de cáncer. Además, la ingesta elevada de azúcar desencadena procesos inflamatorios en el cuerpo, lo que puede aumentar la presión arterial y provocar estrés en el sistema cardiovascular.
“Es común que, durante las fiestas, el consumo de dulces se dispare”, comenta Fanjul. Este incremento se debe a la liberación de hormonas del placer, como la dopamina y la oxitocina, que dificultan el control sobre la cantidad de alimentos azucarados que se ingieren.
Los efectos adversos del consumo excesivo de dulces no se limitan únicamente a problemas de salud a largo plazo. La nutricionista advierte que la ingesta de alimentos muy dulces puede afectar directamente la salud dental, ya que las bacterias en la boca convierten el azúcar en ácidos que dañan los dientes y encías. Además, los postres suelen tener un alto contenido calórico y en grasas saturadas, lo que puede provocar malestar digestivo y, en ocasiones, náuseas.
La ingesta desmesurada de azúcar también provoca picos de insulina, lo que desestabiliza el funcionamiento normal del cuerpo. “Una vez que los niveles de dopamina disminuyen, pueden aparecer irritabilidad, cansancio y falta de energía a corto plazo”, añade Fanjul.
Para evitar estos problemas, los expertos recomiendan realizar cambios sencillos, como eliminar las bebidas azucaradas y moderar el consumo de dulces. La clave está en disfrutar de las festividades sin poner en riesgo nuestra salud. Así que, esta Navidad, es fundamental recordar que el equilibrio es la mejor receta para disfrutar de las celebraciones sin arrepentimientos.