MASLD: la conexión entre la enfermedad hepática y el riesgo cardiovascular

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La MASLD es una enfermedad compleja que no solo afecta al hígado, sino que también aumenta significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Imagen de archivo.

La enfermedad hepática esteatótica asociada a disfunción metabólica (MASLD), antes conocida como enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD), es una condición crónica que afecta a una cuarta parte de la población mundial y está en aumento debido a la pandemia de obesidad. 

Esta enfermedad se caracteriza por la acumulación de grasa en el hígado, en ausencia de un consumo excesivo de alcohol, y está estrechamente relacionada con factores de riesgo metabólicos como la obesidad, la resistencia a la insulina, la hipertensión y la dislipidemia.

Fisiopatología de la MASLD

La MASLD se desarrolla cuando el hígado acumula más grasa de la que puede manejar, lo que puede deberse a varios factores:

  • Aumento de ácidos grasos en el hígado: Provocado por la liberación de ácidos grasos desde el tejido adiposo (grasa corporal).
  • Mayor síntesis de ácidos grasos en el hígado: El hígado empieza a producir más grasa de la que necesita.
  • Reducción en la quema de grasa: El hígado no puede oxidar (quemar) los ácidos grasos de manera eficiente.
  • Sobreproducción de lipoproteínas ricas en triglicéridos: Lo que contribuye al desarrollo de la enfermedad.

MASLD y su Relación con la Enfermedad Cardiovascular

La resistencia a la insulina, un factor común en personas con MASLD, también está implicada en el desarrollo de la aterosclerosis, una condición donde las arterias se estrechan y endurecen debido a la acumulación de placas de grasa. Esto aumenta significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, que son la principal causa de muerte en personas con MASLD.

Tratamientos para MASLD

El manejo de la MASLD requiere un enfoque integral que aborde tanto la salud hepática como los factores de riesgo cardiovascular. Las principales estrategias incluyen:

  • Modificaciones del estilo de vida: Mejorar la dieta y aumentar la actividad física son fundamentales para reducir el peso corporal y, por ende, mejorar la MASLD.
  • Intervenciones quirúrgicas: En casos de obesidad severa, la cirugía bariátrica y el uso de balones intragástricos han demostrado ser efectivos para mejorar la condición al reducir significativamente el peso.
  • Terapias farmacológicas:
    • Inhibidores del cotransportador de sodio y glucosa 2 (SGLT2i): Ayudan a mejorar el control del azúcar en la sangre, reducir el riesgo cardiovascular y mejorar la función hepática.
    • Agonistas del receptor del péptido similar al glucagón-1 (GLP-1RAs): Son eficaces en la pérdida de peso, mejoran los factores de riesgo cardiovascular y también tienen efectos beneficiosos en el hígado.
    • Moduladores selectivos del receptor activado por el proliferador de peroxisomas alfa (PPARα): Como el pemafibrato, que ha mostrado mejorar la función hepática y tiene propiedades antiaterogénicas.

La MASLD es una enfermedad compleja que no solo afecta al hígado, sino que también aumenta significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Por lo tanto, el tratamiento debe centrarse en mejorar tanto la salud hepática como la cardiovascular, ambas mediante un enfoque multifacético que incluya cambios en el estilo de vida y el uso de medicamentos específicos. 

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