En el ámbito de la obesidad, un debate crucial se ha intensificado en los últimos años: la llegada de una nueva generación de fármacos antiobesidad podría reemplazar a la cirugía bariátrica como la terapia definitiva.
La Dra. Ana de Hollanda, endocrinóloga del Hospital Clinic de Barcelona y coordinadora del Grupo de Obesidad de la SEEN, defendió el potencial de los nuevos fármacos. En su presentación, destacó varios aspectos que respaldan su eficacia, posicionándolos como una alternativa viable a la cirugía bariátrica. Entre estos aspectos se encuentran la seguridad, la duración del efecto, los beneficios significativos para la salud, así como la accesibilidad y disponibilidad de estos tratamientos.
Para que un tratamiento sea considerado efectivo, se requiere una pérdida de peso de al menos un 10%. Sin embargo, la Dra. De Hollanda subrayó que una pérdida superior al 15% está asociada con resultados de salud relevantes “la reducción del riesgo cardiovascular, prevención y remisión de la diabetes, etcétera. Los fármacos de nueva generación han demostrado una pérdida superior a 15% en la mitad de los pacientes, junto con cambios en el estilo de vida, que es la base fundamental de todos ellos», señaló la especialista.
Entre los nuevos tratamientos, los análogos del receptor del péptido 1 similar al glucagón (GLP-1) han mostrado resultados prometedores. La semaglutida subcutánea, por ejemplo, ha demostrado ser efectiva tanto en pacientes con obesidad grado I como en aquellos con grados II y III.
«La pérdida de peso es superior a 15%, la misma que se obtiene con semaglutida oral, lo que posiciona a esta última como una alternativa para las personas que no desean inyectarse, además de ser más coste-efectiva», añadió la Dra. De Hollanda.
Además, se ha observado que puede lograr una pérdida de peso comparable a la de la cirugía bariátrica en pacientes con obesidad grave y diabetes, quienes suelen responder menos a otros tratamientos.
Otro fármaco destacado es la tirzepatida, un agonista dual que combina el GLP-1 con el péptido insulinotrópico dependiente de glucosa (GIP). La Dra. De Hollanda mencionó que con este medicamento se ha mostrado un excelente cambio en el peso desde el inicio hasta la semana 72, concretamente de 22,5% y con una pérdida de peso de más de 25% en casi 40% de los pacientes.
Este tema fue el foco de una sesión «pro-con» en el 64º Congreso de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), donde se discutieron las evidencias más recientes sobre ambas opciones y los desafíos que presenta este nuevo panorama terapéutico.