Terapia de heridas con presión negativa: nuevo enfoque innovador 

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Este enfoque sugiere que el uso de NPWT podría ser beneficioso, incluso en anastomosis de alto riesgo, abriendo nuevas posibilidades para mejorar los resultados quirúrgicos en pacientes con complicaciones similares. Foto de caso

Las anastomosis del íleon terminal (IT) son procedimientos quirúrgicos que enfrentan importantes desafíos debido a las particularidades anatómicas y la presión ejercida por la válvula ileocecal (ICV). Sin embargo, la terapia de heridas con presión negativa (NPWT), un método tradicionalmente utilizado para el tratamiento de úlceras cutáneas crónicas, ha mostrado resultados prometedores en el cierre abdominal temporal tras estas intervenciones quirúrgicas. 

Un reciente informe presenta tres casos exitosos que respaldan el uso de NPWT en pacientes que se han sometido a cirugías de anastomosis de IT, incluso en condiciones de alto riesgo.

En el primer caso, una mujer de 65 años con enfermedad renal crónica y fibrilación auricular paroxística fue diagnosticada con isquemia mesentérica. Tras la resección quirúrgica de un segmento del yeyuno y el íleon, se realizó una anastomosis término-lateral a 10 cm de la VCI. El inicio de la terapia con NPWT permitió el cierre exitoso de la pared abdominal.

El segundo caso corresponde a un hombre de 73 años que había sufrido una hernia inguinal izquierda encarcelada, previamente tratada con herniorrafia y resección intestinal. Este paciente presentó peritonitis generalizada y dehiscencia anastomótica a 70 cm de la VCI. Tras realizar una resección y una ileectomía por isquemia a 15 cm de la VCI, se llevó a cabo una anastomosis latero-lateral isoperistáltica de dos capas. La aplicación de NPWT fue clave para reducir el edema y permitir el cierre abdominal primario.

Finalmente, el tercer caso es el de un hombre de 69 años diagnosticado con isquemia mesentérica, quien se sometió a una resección de 40 cm de intestino afectado. Durante una laparotomía de seguimiento, se determinó la necesidad de una anastomosis término-terminal manual a 12 cm de la VCI. Ante la imposibilidad de lograr un cierre primario, se implementó NPWT con resultados favorables.

Las conclusiones de este informe son alentadoras. A pesar de las preocupaciones tradicionales sobre la vascularización y la presión en áreas cercanas a la vena cava inferior, los tres casos demuestran que la terapia con NPWT puede utilizarse de forma segura después de una anastomosis de IT. 

Este enfoque sugiere que el uso de NPWT podría ser beneficioso, incluso en anastomosis de alto riesgo, abriendo nuevas posibilidades para mejorar los resultados quirúrgicos en pacientes con complicaciones similares.

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