Un reciente estudio australiano ha encontrado una clara asociación negativa entre el tiempo que los niños pasan frente a una pantalla y la calidad de la conversación que mantienen con sus padres durante los primeros años de vida, específicamente entre los 12 y 36 meses. Este hallazgo subraya la importancia de crear un entorno familiar rico en lenguaje para el desarrollo del habla de los niños.
El estudio, que utilizó tecnología avanzada de reconocimiento de voz, analizó datos de 220 familias a lo largo de un período de cuatro años. A través de este enfoque, los investigadores pudieron medir el tiempo que los niños pequeños pasaban frente a dispositivos electrónicos y la cantidad de interacción verbal que tenían con sus padres.
Los resultados fueron contundentes: por cada minuto adicional que un niño se expone a la pantalla, se produce una disminución significativa en la cantidad de palabras que escucha de los adultos, así como en sus propias vocalizaciones y en la cantidad de turnos de conversación. Específicamente, a los 36 meses, un minuto extra frente a la pantalla se asoció con una reducción de 6,6 palabras de adultos, 4,9 vocalizaciones infantiles y 1,1 turnos de conversación.
Este fenómeno ha sido etiquetado como «tecnoferencia», que se refiere a la interferencia que la tecnología puede causar en las interacciones familiares. Aunque este concepto ha sido discutido anteriormente, la evidencia longitudinal que respalda esta asociación ha sido limitada, lo que hace que estos nuevos hallazgos sean especialmente relevantes.
Los investigadores enfatizan que el desarrollo del lenguaje en los niños es fundamental durante sus primeros años, y que un entorno familiar rico en interacciones verbales es clave para fomentar este crecimiento. Dado que el estudio sugiere que la exposición prolongada a pantallas podría obstaculizar estas oportunidades de comunicación, los autores hacen un llamado a la necesidad de intervenciones que ayuden a las familias a gestionar el tiempo frente a la pantalla.
La conclusión es clara: promover un entorno doméstico que fomente la comunicación entre padres e hijos es esencial para el desarrollo del lenguaje en los más pequeños. Con el aumento del uso de dispositivos electrónicos en la vida cotidiana, es fundamental que los padres y cuidadores sean conscientes de cómo el tiempo frente a la pantalla puede impactar en la calidad de sus interacciones y, en última instancia, en el desarrollo de sus hijos.
Este estudio no solo aporta nuevas evidencias sobre el impacto del tiempo frente a la pantalla, sino que también plantea un desafío para las familias y profesionales que buscan asegurar un desarrollo saludable para los niños en una era cada vez más digital.