Pese a los avances logrados en la erradicación del sarampión, la interrupción de los programas de vacunación durante la pandemia de COVID-19 ha generado un retroceso significativo en la cobertura global. Solo en 2021, más de 4 millones de niños menores de cinco años contrajeron esta enfermedad prevenible.
Un nuevo estudio publicado en la Revista Internacional de Enfermedades Infecciosas analizó las tendencias del sarampión entre 1990 y 2021, revelando que la reducción en las tasas de vacunación durante la pandemia podría estar alimentando un nuevo riesgo de brotes, especialmente en regiones vulnerables.
El sarampión es una de las enfermedades virales más contagiosas que afectan a los niños, y que se transmite por el aire, a través de gotas respiratorias al toser, hablar o estornudar.
Asimismo, una de las cosas más alarmantes de esta enfermedad es su alto nivel de contagiosidad, ya que una sola persona infectada puede contagiar hasta a 18 personas en ambientes no inmunizados.
La importancia de la vacuna
La vacuna contra el sarampión es segura, efectiva y salva vidas, es indispensable para cortar la cadena de transmisión, se debe tener en cuenta que el 95% de la población debe estar inmunizada con dos dosis. Sin embargo, según este estudio, la cobertura ha caído significativamente en muchos países desde la pandemia.
El estudio analizó datos de más de 180 países y reveló que 75 de ellos experimentaron una disminución en la aplicación de la primera dosis (MCV1), y 68 en la segunda (MCV2) entre 2020 y 2022. Esta caída expone a millones de niños, especialmente en países de bajos ingresos donde el acceso a servicios de salud es limitado.
Resultados que preocupan
Uno de los hallazgos más contundentes del informe es la concentración de muertes en regiones vulnerables: más del 50% de las muertes en menores de cinco años ocurrieron en tan solo 10 países. Cabe mencionar que, los brotes no responden solo a la pandemia, sino a problemas estructurales como pobreza, conflictos, baja inversión en salud y desinformación.
El resurgimiento del sarampión no es solo una crisis sanitaria, sino un llamado urgente a actuar. ¿Y cómo se puede hacer? Reforzando las campañas de vacunación, recuperando coberturas perdidas y combatiendo la desinformación, así se podrá evitar que esta enfermedad prevenible vuelva a costar vidas.
Los expertos advierten que, si no se refuerzan los programas de inmunización y se reducen las brechas en el acceso a la salud, podríamos enfrentar una ola de brotes de sarampión en los próximos años.
