El prurito crónico, definido como una sensación somática displacentera que persiste por más de seis semanas, es mucho más que una simple molestia en la piel, con componentes sensoriales, emocionales y motivacionales que impulsan al rascado constante.
El estudio, que analizó 24 artículos académicos publicados entre marzo de 2013 y mayo de 2023 en bases como MEDLINEplus y SciELO, tuvo como objetivo describir las opciones terapéuticas actuales para el prurito crónico, basadas en la evidencia y en la comprensión de su compleja fisiopatología.
Un síntoma, múltiples causas
La investigación revela que el prurito crónico involucra tanto vías histaminérgicas como no histaminérgicas, mediadas por receptores acoplados a proteínas G y canales iónicos conocidos como receptores de potencial transitorio (TRP). Además, ciertas interleuquinas —especialmente la IL-4, IL-13, IL-21 y la linfopoyetina del estroma tímico— desempeñan un papel clave en la amplificación del picor, lo que abre nuevas oportunidades para el desarrollo de terapias dirigidas.
Tratamientos escalonados y personalizados
El abordaje clínico debe ser holístico y multidisciplinario. Para casos localizados, se recomienda el uso de tratamientos tópicos. En cambio, en pacientes con prurito generalizado o que no responden a terapias tópicas, se sugiere escalar a tratamientos sistémicos que incluyen antihistamínicos, inmunosupresores y agentes biológicos.
Entre las terapias más prometedoras se destacan los biológicos utilizados en la dermatitis atópica como dupilumab, tralokinumab y lebrikizumab, que han demostrado eficacia en la reducción del picor. Además, el anticuerpo monoclonal nemolizumab, dirigido contra la interleucina 31, emerge como una alternativa innovadora y eficaz para el manejo del prurito crónico resistente.
Un llamado a la investigación local
A pesar de los avances en la comprensión de los mecanismos fisiopatológicos y el desarrollo de tratamientos más eficaces, la ausencia de datos actualizados impide dimensionar con precisión el impacto del prurito crónico en la población y desarrollar políticas de salud adecuadas.
La revisión enfatiza la necesidad de un enfoque escalonado y adaptado a las características individuales de cada paciente. Comprender mejor los mecanismos del prurito no solo permite tratarlo de forma más efectiva, sino también mejorar la calidad de vida de millones de personas que lo padecen de manera silenciosa y persistente.
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