A lo largo de la vida, es común enfrentar diversos sentimientos negativos relacionados con la apariencia física. Sin embargo, las personas que viven con dermatitis atópica y otras afecciones cutáneas visibles suelen experimentar una carga emocional mucho mayor.
La dermatitis atópica es una condición que se puede observar a simple vista debido a la presencia de brotes en la piel de color rojizo o escamoso, además de la sensación de picazón constante que produce.
Los brotes suelen ser imprevisibles, es decir, que pueden aparecer en un periodo de semanas o meses y posteriormente desaparecer, pero los síntomas son tan fuertes que llegan a interrumpir las actividades cotidianas y alteran el sueño por las noches.
Reconociendo el impacto emocional de la dermatitis
Vivir con estos síntomas no es tarea fácil. De hecho, estudios han identificado que las personas con dermatitis atópica tienen un riesgo de dos a tres veces mayor de sufrir de depresión y/o ansiedad en comparación con personas que no la padecen, según la National Eczema Association.
En el caso de los niños el impacto no es menor, ya que también luchan contra los efectos negativos en su salud mental que afectan su forma de relacionarse con otras personas, su capacidad de atención y sus emociones.
Adicionalmente, la comunidad médica ha identificado que la gravedad de los síntomas de la dermatitis atópica está relacionada con el estrés. Lo que quiere decir que una salud mental deteriorada puede agravar la dermatitis atópica y viceversa.
¿Cómo afrontarla de la mejor manera?
Una de las herramientas principales para cuidar la salud mental es lograr que el tratamiento médico funcione. Al aliviar la picazón y el ardor junto con los demás síntomas, mejora considerablemente el estado de ánimo de las personas con dermatitis, así lo explica la National Eczema Association.
La Asociación también destaca los beneficios de técnicas como la relajación muscular profunda, la terapia cognitivo-conductual y la acupuntura en la reducción de la sensibilización nerviosa y la picazón que produce la dermatitis.
Otra estrategia clave es disminuir el estrés, practicando una atención plena al momento presente, sin juzgar las emociones o pensamientos que puedas tener. Esta acción puede ir acompañada de técnicas de respiración que ayudan a calmar la mente y el cuerpo.
La National Eczema Association también recomienda unirse a grupos de apoyo donde las personas y sus cuidadores comparten experiencias y se brindan apoyo mutuo para disminuir el estrés.