El riesgo metabólico se ha convertido en una preocupación global, estrechamente ligado a enfermedades crónicas como la hipertensión, diabetes y dislipidemia. En un diálogo con el Dr. Juan R. Cuenca, psiquiatra del Centro de Cuidado Clínico de Obesidad de la Fundación Santa Fe de Bogotá, y la enfermera Claudia Tique del Centro de Cuidado Clínico de Diabetes, se resaltó la importancia de la educación y un enfoque integral para prevenir y controlar el riesgo metabólico.
El metabolismo, proceso que convierte los alimentos en energía, puede desequilibrarse, dando lugar al riesgo metabólico y aumentando la probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas. «Cuando se suman más de tres factores de riesgo, hablamos de un síndrome metabólico, una condición mucho más grave», explica el Dr. Cuenca.
La salud mental y el manejo del riesgo metabólico
El riesgo metabólico y la obesidad también impactan la salud mental. El Dr. Cuenca subraya la necesidad de un abordaje neuropsiquiátrico: «La obesidad afecta el cuerpo y la mente. Trabajamos en equipo para garantizar un cuidado integral que mejore la calidad de vida».
Por su parte, la enfermera Tique recalca que la actividad física no tiene que ser intensa: «Moverse es clave, ya sea subiendo escaleras o caminando. Esto, junto con una alimentación adecuada, puede reducir la necesidad de medicamentos».
Ambos expertos coinciden en que la educación es esencial para que los pacientes controlen su salud, destacando la psicoeducación como herramienta para fomentar cambios sostenibles en los hábitos de vida. Desde chequeos médicos anuales hasta adoptar un estilo de vida saludable, estas medidas son fundamentales para reducir el riesgo metabólico y mejorar el control de enfermedades crónicas.
El mensaje final de los expertos se basa en que siempre hay tiempo para cambiar. No importa la edad ni las enfermedades que se padezcan, siempre se puede mejorar la salud y reducir el riesgo metabólico.