Si el asma no se entiende, tampoco se puede controlar, según el Dr. Jean-Pierre

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Dr. Jean-Pierre Llanos, neumólogo pediatra.

En el marco del Panel de Aniversario del Fideicomiso de Salud Pública de Puerto Rico, Respira Salud: Hablemos del Asma, el doctor Jean-Pierre Llanos, neumólogo pediatra, destacó la importancia de la educación como herramienta esencial para que los pacientes puedan controlar su enfermedad. 

Durante su intervención, el experto, destacó que “hay dos momentos críticos donde la educación es vital”. Explicó que el primero ocurre al momento del diagnóstico, especialmente en niños: “Es un momento en el que el paciente o sus padres no saben qué es la enfermedad, ni por qué recibe ciertos medicamentos. Si no se entiende la enfermedad, tampoco se entiende cómo manejarla”.

El segundo momento clave, afirmó, ocurre en adultos con asma severa de larga data. “El paciente se acostumbra a vivir con síntomas y recalibra su idea de lo que es una vida normal. Ahí es donde hay que reeducar y hacerle entender que esa condición no debería ser la norma”, indicó. Con una anécdota personal ilustró el punto: “Mi madre tiene más de 80 años, es asmática severa y tose todo el día sin darse cuenta. Dice ‘es parte de mi asma’, pero no debería ser así”.

Identificar los desencadenantes, una tarea compartida

El Dr. Pierre también abordó la dificultad que enfrentan los pacientes para identificar los desencadenantes del asma. “Hay una lista amplia, pero no todos los factores aplican a todos los pacientes. A veces hay que hacer de detective junto con el paciente para encontrar el alérgeno o desencadenante”, explicó.

Recomendó el uso del “diario del asma” para registrar actividades diarias, alimentación y exposiciones ambientales, a fin de facilitar la identificación de patrones. “Muchas veces el desencadenante no causa síntomas ese mismo día. Puede ser algo que pasó dos o tres días antes”, advirtió.

Sin embargo, reconoció que incluso cuando se identifican los desencadenantes, enfrentan otras barreras. “Hay pacientes que, por razones económicas, no pueden evitar el entorno contaminado donde viven. O se niegan a desprenderse de una mascota. En otros casos, simplemente continúan fumando. Como médicos, hacemos todo lo posible, pero hay factores fuera de nuestro control”, lamentó.

Educación accesible y personalizada

En cuanto a cómo garantizar que los pacientes comprendan las estrategias de manejo, el doctor enfatizó la necesidad de tiempo y acceso a información confiable. “Cuando ejercía en Perú, en el hospital tenía solo 15 minutos por paciente. En la práctica privada, podía dedicar hasta una hora a cada nuevo caso. Hoy, si no hay tiempo suficiente, podemos apoyarnos en personal de salud o en recursos digitales”, señaló.

Además, instó a los profesionales a adaptar los materiales educativos según las preferencias del paciente: “No todos quieren leer un folleto. Algunos prefieren ver videos o escuchar podcasts. Hay que darles recursos útiles y verificados para que no terminen con información errónea de internet”.

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