El mieloma múltiple es un tipo de cáncer que afecta las células plasmáticas en la médula ósea, y su tratamiento requiere un enfoque multifacético, debido a la naturaleza compleja de la enfermedad. En una reciente presentación, la Dra. Anamaris Acevedo, doctora en farmacia, compartió valiosa información sobre los tratamientos más comunes que se utilizan para tratar esta condición. Durante su intervención, explicó los medicamentos más efectivos, los efectos secundarios asociados y las precauciones que los pacientes deben tener en cuenta.
Tratamientos individualizados según el paciente
La Dra. Acevedo destacó que, debido a las diferencias individuales en el estado de salud de cada paciente, no existe un enfoque único para el tratamiento del mieloma múltiple. La edad, el estado general de salud, la función renal y el avance de la enfermedad son factores determinantes a la hora de elegir los medicamentos más adecuados. Los tratamientos pueden incluir desde medicamentos orales hasta tratamientos intravenosos, y pueden combinarse según las necesidades específicas de cada paciente.
Agentes Inmunomoduladores: Revlimid y Pomalidomida
Uno de los grupos más utilizados para tratar el mieloma múltiple son los agentes inmunomoduladores. Entre ellos, el Revlimid (lenalidomida) es uno de los más comunes. “Este medicamento se toma en forma de tabletas orales, generalmente todos los días, con descansos programados por el médico”, mencionó la experta.
La Dra. Acevedo explicó que uno de los efectos secundarios más comunes de estos medicamentos es el aumento del riesgo de coágulos sanguíneos, lo que puede llevar a la adición de anticoagulantes como la aspirina para mitigar ese riesgo.
Además, es fundamental tener en cuenta que el Revlimid está contraindicado durante el embarazo, ya que puede afectar al feto. Por ello, su uso está regulado a través de un programa especial que permite la distribución del medicamento sólo después de una exhaustiva evaluación médica.
La dosis de Revlimid varía dependiendo de los otros medicamentos que se utilicen en conjunto y del momento del tratamiento, como por ejemplo, después de un trasplante de médula ósea autólogo. “Es crucial tomar este medicamento siempre a la misma hora, y en caso de que se le olvide al paciente, no debe duplicarse la dosis”, señaló la Dra. Acevedo.
Otro medicamento dentro de esta categoría es la Pomalidomida (Pomalyst), que también se toma diariamente, con instrucciones similares al Revlimid, y presenta efectos secundarios como cansancio, debilidad y mareos. La interacción con otros medicamentos, como los utilizados para controlar la ansiedad, el dolor o el sueño, puede intensificar estos efectos adversos, por lo que es necesario seguir las indicaciones médicas cuidadosamente.
Esteroides: Dexametasona y Prednisona
Los esteroides también juegan un papel importante en el tratamiento del mieloma múltiple. Medicamentos como la dexametasona (Decadrón) y la prednisona se administran de forma oral o intravenosa. La Dra. Acevedo resaltó que “estos medicamentos pueden aumentar los niveles de glucosa en sangre, por lo que los pacientes diabéticos deben monitorear cuidadosamente su azúcar, y puede ser necesario ajustar la dosis de sus medicamentos”, afirmó.
Además, los esteroides pueden causar problemas como insomnio, cambios de humor, e incluso hipo. Por lo tanto, es importante que los pacientes estén al tanto de estos efectos secundarios y sigan las recomendaciones de sus médicos para mitigar las molestias.
Inhibidores de proteasoma: Bortezomib y Carfilzomib
Otra clase importante de medicamentos son los inhibidores de proteasoma, como el Bortezomib (Velcade) y el Carfilzomib (Kyprolis). Estos medicamentos actúan interfiriendo en el proceso celular que permite la proliferación de las células malignas.
El Bortezomib se administra por vía intravenosa o subcutánea, y aunque es efectivo, uno de sus efectos secundarios más comunes es la neuropatía periférica, lo que implica un daño en los nervios de las manos y pies. Los pacientes con diabetes que ya presentan neuropatía deben ser especialmente cautelosos con este tratamiento.
Además, la Dra. Acevedo destacó que este medicamento puede interferir con los medicamentos para la diabetes, lo que obliga a un control más estricto de los niveles de azúcar en sangre. También “es importante monitorear la presión arterial”, mencionó, ya que el uso combinado con ciertos medicamentos para la próstata puede ocasionar una disminución de la presión.
Anticuerpos monoclonales: Daratumumab y Isatuximab
Los anticuerpos monoclonales, como el Daratumumab (Darzalex) y el Isatuximab (Sarclisa), son tratamientos que actúan atacando las proteínas en las células del mieloma, ayudando a controlar la enfermedad. Estos medicamentos pueden administrarse por vía intravenosa o subcutánea y suelen utilizarse en combinación con otros tratamientos.
La Dra. Acevedo enfatizó que los efectos secundarios comunes de estos tratamientos incluyen dolores articulares, de cabeza y malestar gastrointestinal. Sin embargo, “los pacientes pueden ser premedicados con medicamentos como el acetaminofén y Benadryl para reducir los efectos adversos”, explicó.
Anticuerpos Biespecíficos: Nuevas alternativas de tratamiento
Los anticuerpos biespecíficos son una de las opciones más recientes para pacientes con mieloma múltiple que no han respondido a otras terapias. Estos medicamentos, como el teclistamab, el talquetamab y el ranatamab, actúan acercando las células inmunes T a las células cancerosas, facilitando su eliminación.
La Dra. Acevedo detalló que estos tratamientos se administran en fases, con dosis iniciales pequeñas que se incrementan gradualmente. Debido a los efectos adversos graves que pueden causar, como cambios en el sabor, piel seca y alteraciones en las uñas, los pacientes deben ser hospitalizados durante la primera semana de tratamiento para monitorear los efectos y asegurarse de que los efectos adversos sean manejables.
Además, se les entrega una tarjeta de advertencia que los pacientes deben portar para informar a los profesionales de salud sobre los riesgos y el tratamiento específico.
