Un golpe en el codo revela rara malformación vascular en joven de 20 años

original web (78)
La lesión vascular fue descrita con un tamaño de 5 x 4 x 2.3 centímetros. Imagen de caso.

El equipo médico del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico presentó el caso de un paciente masculino de 20 años, cuya condición pone de relieve la importancia del diagnóstico temprano y la evaluación integral en malformaciones vasculares. 

El joven había sufrido un traumatismo en la cara medial del codo izquierdo en el año 2020, lo que desencadenó una serie de estudios médicos que culminaron en un hallazgo relevante.

Tres años después del golpe inicial, en 2023, se le practicó una ecografía del codo izquierdo. Posteriormente, en 2024, el servicio de Radiología Intervencionista realizó una biopsia y aspiración de masa guiada por tomografía computarizada, lo que permitió obtener mayor claridad sobre la naturaleza de la lesión.

Durante la evaluación física practicada en el área de Cirugía Vascular, el paciente se mostró alerta, activo y completamente orientado. Sus signos vitales y exploraciones de cuello, tórax y abdomen se encontraron dentro de parámetros normales. En la extremidad superior izquierda se constató pulso radial conservado, ausencia de edema, compartimentos blandos y rango de movimiento completo, sin déficit neurológico.

Los hallazgos clínicos contrastaban con la sospecha inicial de lesión grave, ya que la masa de tejido blando no era palpable. Sin embargo, el informe de patología reveló una realidad distinta: arterias y venas tortuosas, de paredes engrosadas, acompañadas de un componente de pequeños vasos. Este patrón correspondía a una malformación arteriovenosa (MAV).

La lesión vascular fue descrita con un tamaño de 5 x 4 x 2.3 centímetros, lo que confirma su relevancia clínica y la necesidad de manejo especializado. Las MAV son anomalías congénitas o adquiridas de la red vascular, caracterizadas por la conexión anómala entre arterias y venas, sin la intervención de capilares. Estas condiciones pueden ocasionar dolor, hinchazón, limitación funcional y, en casos graves, hemorragias o complicaciones crónicas.

Este caso, documentado por los doctores María del Rocío Reyes-Matos y Gabriel Andrés Pereira, destaca el valor de los estudios de imagen, la interdisciplinariedad y la evaluación clínica detallada en el abordaje de pacientes jóvenes. 

Asimismo, evidencia que los llamados “dolores de crecimiento” o molestias persistentes pueden estar vinculados a condiciones más complejas que requieren atención médica especializada.

Últimos artículos