Un ensayo clínico aleatorizado de gran escala, denominado AMALFI, demostró que la monitorización ambulatoria continua mediante un parche de electrocardiograma (ECG) durante 14 días puede aumentar de manera significativa la detección a largo plazo de fibrilación auricular (FA) asintomática en adultos mayores con riesgo moderado a alto de accidente cerebrovascular.
El estudio, realizado en 27 centros de atención primaria del Reino Unido, incluyó a 5040 personas mayores de 65 años, sin antecedentes de FA, pero con alta vulnerabilidad cardiovascular según la puntuación CHA₂DS₂-VASc.
Los participantes fueron divididos aleatoriamente en dos grupos: uno que recibió por correo un parche de ECG para usar durante dos semanas y otro que continuó con la atención habitual.
Tras 2,5 años de seguimiento, los resultados mostraron que la FA fue diagnosticada en el 6,8 % del grupo que utilizó el parche, frente al 5,4 % del grupo control, una diferencia estadísticamente significativa. Además, quienes participaron en el grupo de intervención tuvieron una mayor exposición a anticoagulantes orales, lo que podría implicar un mejor control del riesgo de trombosis y accidente cerebrovascular a futuro.
Aunque la incidencia de ictus fue similar en ambos grupos (2,7 % en el grupo intervención frente a 2,5 % en el control), los investigadores destacan que la detección precoz de FA es clave para iniciar tratamientos preventivos y reducir complicaciones graves en el largo plazo.
La FA es la arritmia cardíaca sostenida más frecuente y un factor de riesgo mayor para el accidente cerebrovascular. Muchos pacientes cursan sin síntomas, lo que dificulta el diagnóstico.
El ensayo AMALFI abre la puerta a que la detección remota y no invasiva de arritmias se incorpore como parte de las estrategias de prevención cardiovascular en poblaciones envejecidas.
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