Un estudio científico internacional ha lanzado una alarmante advertencia, la crisis climática ya está cobrando vidas de forma directa. Según un análisis realizado por expertos del Imperial College y la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, 394 personas fallecieron en Madrid y Barcelona durante la ola de calor registrada entre el 23 de junio y el 2 de julio de 2025 debido a las temperaturas extremas, y la gran mayoría de esas muertes estuvieron relacionadas con el cambio climático.
El calor extremo genera muertes y el cambio climático lo potencia
El informe, analizó datos de 12 grandes ciudades europeas, todas afectadas por olas de calor durante el mismo periodo. Entre ellas se incluyeron Madrid, Barcelona, Lisboa, París, Londres, Milán y Atenas. En total, se estima que al menos 2.300 personas murieron por las altas temperaturas, pero 1.500 de esas muertes no habrían ocurrido si no existiera el calentamiento provocado por el ser humano.
Esto significa que el 65 % del exceso de fallecimientos pueden atribuirse directamente al cambio climático, un dato que expone el impacto real y presente de la emergencia climática.
“El estudio demuestra por qué las olas de calor se conocen como asesinos silenciosos”, explicó Malcolm Mistry, profesor adjunto de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical. “Aunque algunas muertes se reportan, muchas otras quedan fuera de las estadísticas oficiales, a pesar de que fueron desencadenadas por el calor extremo”.
En Madrid, de las 118 muertes registradas durante esos días, 108 estuvieron ligadas al cambio climático. En Barcelona, el panorama fue aún más dramático, pues se reportaron 340 fallecimientos, de los cuales 286 se atribuyen al calentamiento global.
¿Por qué murió más gente en Barcelona que en Madrid?
Aunque Madrid registró una temperatura media más alta (30,16 °C) que Barcelona (29,04 °C), Barcelona presentó un número mucho mayor de muertes, lo que según los investigadores demuestra una mayor vulnerabilidad de su población. Entre los posibles factores se mencionan una mayor proporción de viviendas unipersonales o menos adaptadas al calor.
Además, Madrid mostró un preocupante aumento de 3,68 grados en la intensidad del calor respecto a olas anteriores, una cifra que supera ampliamente a ciudades como Lisboa, donde el aumento fue de sólo 1,13 grados.
El estudio también reveló que el 88% de las muertes relacionadas con el cambio climático ocurrieron en personas mayores de 65 años. Este grupo etario, muchas veces con enfermedades crónicas, resulta especialmente vulnerable ante los efectos del calor extremo, lo que evidencia la necesidad urgente de políticas de prevención y adaptación centradas en la población más frágil.
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