Una nueva generación de antibióticos se abre paso contra bacterias resistentes

Científicos desarrollan moléculas capaces de eliminar patógenos multirresistentes, ofreciendo esperanza frente a una crisis de salud global.

“Estamos viendo un compuesto que actúa de manera potente contra bacterias que han frustrado todos los tratamientos convencionales”, afirmó el Dr. Andrew Edwards, microbiólogo del Imperial College London, al comentar los hallazgos publicados sobre una nueva clase de antibióticos con fuerte actividad contra patógenos multirresistentes. El trabajo, liderado por un consorcio internacional, busca responder a la urgencia de alternativas frente al creciente fracaso terapéutico por resistencia antimicrobiana.

El estudio se centró en compuestos derivados de una nueva plataforma química, denominados cresomycin-like molecules, capaces de unirse al ribosoma bacteriano en un sitio altamente conservado. Esto permite bloquear la síntesis proteica de manera más eficaz que antibióticos clásicos como la eritromicina o la claritromicina. La innovación está en su capacidad para evadir los mecanismos de resistencia que han inutilizado a gran parte de los antibióticos actuales.

En pruebas de laboratorio, estas moléculas mostraron actividad potente contra bacterias grampositivas y gramnegativas, incluyendo Staphylococcus aureus resistente a meticilina (MRSA), Klebsiella pneumoniae y Pseudomonas aeruginosa. El espectro amplio y la eficacia en cepas multirresistentes posicionan a esta clase como una candidata clave para ensayos clínicos.

Los investigadores destacan que, a diferencia de los antibióticos tradicionales, la unión de estos compuestos al ribosoma se mantiene estable incluso frente a mutaciones conocidas que generan resistencia. Este detalle es crucial para frenar la rápida pérdida de efectividad que caracteriza a los fármacos actuales en pocos años de uso clínico.

La resistencia antimicrobiana causa hoy más de 1,27 millones de muertes anuales y podría superar los 10 millones hacia 2050 si no se desarrollan soluciones efectivas. Por ello, la aparición de una clase completamente nueva es considerada un hito: la mayoría de los antibióticos en uso fueron descubiertos en el siglo XX, y muy pocos mecanismos realmente innovadores han llegado al mercado en las últimas décadas.

Los siguientes pasos incluyen estudios de toxicidad y ensayos en modelos animales, con la meta de avanzar hacia ensayos clínicos en humanos. Aunque todavía queda camino por recorrer, la promesa es clara: por primera vez en años, se vislumbra una nueva herramienta terapéutica capaz de devolver la ventaja a la medicina frente a bacterias que parecían invencibles.

En conclusión, este avance refuerza el llamado de la comunidad científica a invertir en investigación antibiótica. Como señaló Edwards, “la resistencia antimicrobiana es una pandemia silenciosa, y necesitamos innovación radical para evitar un futuro post-antibiótico”.

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