La actividad física en la juventud reduce el riesgo de hipertensión en la adultez

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La actividad física ayuda a reducir la presión arterial.

La hipertensión afecta a más de mil millones de personas en todo el mundo y es una de las principales causas de infarto, accidente cerebrovascular e incluso demencia. Lo más preocupante es que muchas personas no saben que la tienen. Por eso se le conoce como el «asesino silencioso».

Numerosas investigaciones han confirmado que la actividad física ayuda a reducir la presión arterial. Pero este estudio, publicado en American Journal of Preventive Medicine, va más allá, este señala que hacer el doble de la cantidad mínima de ejercicio recomendada durante la juventud, alrededor de cinco horas semanales de actividad moderada puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar hipertensión.

¿Qué encontraron los investigadores?

El estudio siguió a más de 5.000 personas durante tres décadas en cuatro ciudades de EE. UU. Se analizaron datos sobre presión arterial, ejercicio, consumo de alcohol y tabaco, entre otros factores. Algunos de los hallazgos clave:

  • Los niveles de actividad física caen drásticamente entre los 18 y los 40 años.
  • Esta disminución coincide con un aumento sostenido en los casos de hipertensión.
  • Quienes se mantuvieron físicamente activos desde los 20 hasta los 60 años tuvieron menor riesgo de desarrollar presión alta.
  • Los beneficios fueron más evidentes en quienes hacían al menos 5 horas semanales de ejercicio moderado.

El estudio también reveló fuertes disparidades raciales y de género:

  • A los 45 años, las mujeres afroamericanas superaron a los hombres blancos en tasas de hipertensión.
  • A los 60 años, entre el 80 % y 90 % de hombres y mujeres afroamericanos tenían hipertensión, frente al 70 % de los hombres blancos y apenas el 50 % de las mujeres blancas.

Estas diferencias no se explican solo por hábitos individuales, los factores como la educación, el entorno social, la carga laboral o familiar y las condiciones del vecindario influyen en la posibilidad de mantener una rutina de ejercicio constante.

«Casi la mitad de los participantes jóvenes tenían niveles subóptimos de actividad física. Necesitamos elevar el estándar mínimo recomendado», señaló Jason Nagata, autor principal del estudio y experto en medicina del joven adulto en UCSF.

No se trata solo de empezar a hacer ejercicio, se trata de no dejar de hacerlo. La prevención de la hipertensión empieza mucho antes de los 40.

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