El glioblastoma, el tipo de cáncer cerebral más agresivo y frecuente en adultos, continúa siendo un gran desafío médico. Sin embargo, los avances en genética han abierto la puerta a tratamientos más precisos, diseñados según las características moleculares de cada tumor.
En este contexto se desarrolló el ensayo clínico Neuro Master Match (N²M²), de fase 1/2a, que evaluó terapias dirigidas en 228 pacientes con glioblastoma recientemente diagnosticado, todos tratados además con radioterapia.
El diseño del estudio fue innovador: cada paciente fue analizado genéticamente y, según las alteraciones moleculares detectadas, se le asignó un tratamiento específico con medicamentos experimentales como temsirolimus, palbociclib, idasanutlin, atezolizumab o asunercept. Quienes no tenían alteraciones genéticas claras recibieron uno de estos fármacos de forma aleatoria o el tratamiento estándar con temozolomida.
Los resultados fueron mixtos:
- Los subensayos con temsirolimus, en pacientes con activación de la vía mTOR, mostraron señales alentadoras: el 39 % de los pacientes no tuvo progresión de la enfermedad a los 6 meses, frente al 18,5% en el grupo con tratamiento estándar. Además, la supervivencia media fue de 15,4 meses, mejor que en el grupo comparativo.
- En cambio, los ensayos con palbociclib, atezolizumab y asunercept no alcanzaron los objetivos principales de eficacia.
- Los subensayos con alectinib y vismodegib no pudieron iniciarse porque no se encontraron pacientes con los perfiles moleculares adecuados.
En cuanto a seguridad, los efectos adversos observados fueron los esperados para estos medicamentos, sin que se detectaran interacciones negativas con la radioterapia.
Los investigadores concluyen que el temsirolimus combinado con radioterapia merece estudios adicionales en pacientes con glioblastoma y activación de la vía mTOR, ya que podría representar un avance en el tratamiento de esta enfermedad de tan mal pronóstico.
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