Un equipo médico reportó un caso clínico poco común que combina dos condiciones de interés quirúrgico: la hipoplasia congénita del lóbulo hepático derecho y la colecistitis gangrenosa. Según los autores, se trata de la primera descripción documentada de esta asociación, lo que resalta la importancia de reconocer variaciones anatómicas en la práctica quirúrgica.
La hipoplasia del lóbulo hepático derecho es una anomalía congénita infrecuente que suele descubrirse de forma incidental en estudios de imagen o durante cirugías. Aunque muchos pacientes permanecen asintomáticos, esta alteración puede asociarse con cirrosis, hipertensión portal y cálculos biliares.
Entre los posibles factores que vinculan la hipoplasia con la colecistitis se incluyen mutaciones en el gen HNF1B, disfunción vesicular e isquemia derivada de la mala posición de la vesícula biliar.
En este caso, un hombre de 70 años acudió a urgencias con dolor epigástrico agudo. La ecografía abdominal sugirió colecistitis aguda, pero una tomografía computarizada reveló además hipoplasia severa del lóbulo hepático derecho, hipertrofia compensatoria del lóbulo izquierdo y presencia de cálculos biliares.
A pesar de parámetros de laboratorio normales, la condición anatómica habría contribuido al retraso en el diagnóstico, permitiendo la progresión a colecistitis gangrenosa. El paciente fue tratado con colecistectomía laparoscópica, realizada con éxito y sin necesidad de conversión a cirugía abierta.
Los especialistas concluyen que este caso subraya la necesidad de identificar variaciones anatómicas antes y durante la cirugía, ya que su desconocimiento puede aumentar el riesgo de complicaciones intraoperatorias.
Recomiendan considerar la tomografía computarizada en pacientes con síntomas atípicos de colecistitis o cuando la vesícula biliar se observe en una posición anómala en la ecografía.
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