Un ensayo clínico a gran escala, el ensayo Mighty-Heart, reveló que la adición de un programa de salud móvil integrada (MIH) a la atención de un coordinador de transiciones (TOCC) no redujo las readmisiones hospitalarias ni mejoró el estado de salud general en pacientes dados de alta por insuficiencia cardíaca.
Los hallazgos, publicados después de analizar a más de 2000 pacientes, sugieren que si bien la MIH no es un beneficio adicional para todos, podría serlo para subgrupos específicos de pacientes.
El estudio, realizado en 11 hospitales de la ciudad de Nueva York entre 2021 y 2024, comparó la efectividad de dos programas de atención. Un grupo recibió atención estándar con un coordinador de transiciones, que incluía una llamada de seguimiento de una enfermera en las 48 a 72 horas posteriores al alta.
El otro grupo recibió la misma atención, pero con el añadido de un sistema de salud móvil integrada. Este sistema incluía coordinación continua de la atención de enfermería, visitas a domicilio de paramédicos comunitarios y telesalud con médicos de urgencias.
Los resultados primarios mostraron que a los 30 días, el estado de salud y las tasas de readmisión fueron prácticamente idénticos en ambos grupos, sin diferencias significativas. El 20.3% de los pacientes con el programa de salud móvil fueron readmitidos, en comparación con el 20.4% del grupo de control. Esto indica que la costosa adición del programa de salud móvil no mejoró la atención.
Sin embargo, los análisis exploratorios del estudio arrojaron hallazgos prometedores para grupos específicos de pacientes. El sistema de salud móvil integrada se asoció con una mejoría significativa en el estado de salud en pacientes menores de 70 años, y también se sugirió una posible modificación del efecto según el sexo en las readmisiones, hallazgos que merecen ser investigados más a fondo.
A la luz de estos resultados, los investigadores concluyeron que, si bien la salud móvil integrada no es una solución universal para los pacientes con insuficiencia cardíaca, podría ser una herramienta valiosa cuando se dirige a poblaciones específicas.
Los resultados del ensayo justifican nuevas investigaciones para entender cómo la edad y el sexo influyen en la eficacia de estos programas de atención, y cómo se pueden adaptar para maximizar los beneficios para los pacientes más vulnerables.
Fuente: AQUÍ