El Alzheimer se ha consolidado como uno de los mayores retos de la salud pública a nivel mundial y también en Puerto Rico. Así lo advirtió el doctor Heriberto Acosta, neurólogo y especialista en la enfermedad, quien destacó el impacto humano, social y económico que representa.
“El Alzheimer es la enfermedad más cara que tiene la sociedad desde el punto de vista de costo económico, costo social y costo individual para cada paciente”, señaló. En Estados Unidos, alrededor de 5 millones de personas viven con la condición, mientras que en Puerto Rico se estima que son 80 mil los pacientes diagnosticados.
Según datos del Departamento de Salud, el Alzheimer figura como la cuarta causa principal de muerte en la isla. Este aumento está relacionado con el envejecimiento de la población: “En Puerto Rico tenemos una gran cantidad de personas por encima de los 60 años, con una expectativa de vida de 84 años, una de las más altas del mundo entero. Con cada año adicional de vida, la incidencia de Alzheimer aumenta”, explicó el especialista.
A los factores de edad se suman otros riesgos frecuentes en la isla, como la diabetes, la hipertensión, el colesterol alto y la predisposición genética, que en conjunto contribuyen a la alta prevalencia de la enfermedad.
El reto del diagnóstico temprano
El doctor Acosta subrayó que el mayor desafío médico sigue siendo la detección temprana: “El reto primordial es la falta de sensitividad en la población y en muchos profesionales de la salud para identificar signos tempranos. Esto es crucial porque los tratamientos son mucho más eficaces cuando se aplican en etapas iniciales”.
Aunque el Alzheimer no tiene cura, el neurólogo enfatizó que es prevenible mediante el control de los factores de riesgo y la detección oportuna.
Nuevas terapias y desafíos
En cuanto a los avances médicos, el doctor Acosta explicó que existen anticuerpos monoclonales que logran eliminar placas de beta amiloide en el cerebro. Sin embargo, destacó limitaciones y riesgos:
“Estos agentes han demostrado capacidad para aclarar el tejido neuronal de la placa, pero no están libres de efectos secundarios como hemorragias intracerebrales y edemas, que requieren un manejo especializado”.
Además, recordó que estas terapias solo están indicadas en pacientes en etapas muy tempranas de deterioro cognitivo y que requieren un estricto seguimiento con resonancias magnéticas periódicas.
Con esta visión, el especialista reafirmó que el abordaje del Alzheimer no solo debe centrarse en los avances médicos, sino también en el cuidado humano y emocional que rodea a cada paciente