Un solo latido, dos destinos: malformación discordante en gemelos monocoriales

nota 1 am domingo
Un estudio colombiano describe diez casos de esta rara condición, donde uno de los gemelos desarrolla una malformación severa mientras el otro se mantiene sano, planteando dilemas médicos y éticos complejos.

“La malformación fetal discordante representa un desafío clínico, ético y emocional tanto para el equipo médico como para la familia”, explicaron investigadores de la Universidad Pontificia Bolivariana y la Clínica Universitaria Bolivariana, en Medellín, quienes analizaron una serie de casos entre 2012 y 2022.

La investigación, una de las más completas realizadas en Latinoamérica sobre el tema, revisó diez embarazos gemelares monocoriales en los que solo uno de los fetos presentaba una anomalía estructural o genética. Estos casos, conocidos como malformación fetal discordante (MFD), son poco frecuentes pero de alta complejidad, ya que ambos fetos comparten la misma placenta y circulación, lo que dificulta el manejo clínico.

El estudio mostró que el 70 % de los embarazos manejados de forma expectante —es decir, sin intervención invasiva— tuvo resultados perinatales y neonatales similares a los descritos en la literatura, con una supervivencia del 70 % para el gemelo sano, mientras que la letalidad del gemelo afectado fue del 100 %. La mayoría de los nacimientos ocurrieron entre las semanas 32 y 36, reflejando una alta tasa de prematuridad.

Entre las opciones de manejo, los especialistas evaluaron cuatro estrategias: seguimiento expectante, cirugía fetoscópica con coagulación láser de anastomosis placentarias, feticidio selectivo y terminación del embarazo. Si bien no se encontró evidencia concluyente para recomendar un enfoque único, el manejo expectante mostró resultados comparables al feticidio selectivo en términos de supervivencia del feto sano.

El trabajo subraya la necesidad de un enfoque multidisciplinario, donde obstetras, perinatólogos, genetistas, psicólogos y comités de bioética colaboren para personalizar las decisiones en función del tipo y gravedad de la malformación, las condiciones maternas y las expectativas familiares.

Los autores destacan que, ante la escasez de estudios prospectivos, se requieren más investigaciones que permitan definir protocolos según la localización y severidad de las malformaciones. “Cada caso de gemelos monocoriales con discordancia malformativa es único y debe abordarse con una mirada integral, científica y humana”, concluyeron.

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