La región de las Américas está en alerta epidemiológica por un aumento significativo de casos de sarampión, así lo emitió la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Hasta el 21 de febrero, se han confirmado 268 casos en Argentina, Canadá, Estados Unidos y México, incluyendo una defunción. Esta cifra representa un crecimiento considerable en comparación con el mismo periodo de 2024, cuando se registraron sólo 60 casos en las primeras ocho semanas del año.
A pesar de que la región fue reverificada como libre de sarampión en 2024, la enfermedad sigue siendo una amenaza debido a su circulación en otras partes del mundo y a la existencia de grupos no inmunizados que continúan siendo vulnerables. Del total de casos confirmados en 2025, el 69% corresponde a personas mayores de cinco años, lo que indica que el virus no solo afecta a la población infantil.
Durante 2024, se notificaron 17.887 casos sospechosos de sarampión en la región, de los cuales 464 fueron confirmados. Una proporción significativa de estos casos correspondió a adolescentes y adultos jóvenes, y el 63% de los afectados no habían sido vacunados, evidenciando brechas en la cobertura de inmunización.
Llamado urgente a todos los países
Ante esta situación, la OPS hace un llamado urgente a los países y territorios de las Américas para que refuercen las estrategias de vacunación y vigilancia epidemiológica. Entre las principales recomendaciones se encuentra la intensificación de las campañas de inmunización, especialmente en áreas de alto riesgo, y la mejora en la detección oportuna de casos sospechosos para contener y controlar los brotes.
Se enfatiza la importancia de que la cobertura de vacunación con dos dosis de la vacuna SRP (sarampión, rubéola y paperas) se mantenga por encima del 95%, priorizando a niños y adultos jóvenes, quienes representan un porcentaje significativo de los casos reportados.
El riesgo de brotes de sarampión en la región está vinculado a diversos factores, como la circulación del virus a nivel mundial—con más de 320.000 casos confirmados en 2024 según la Organización Mundial de la Salud (OMS)—, la baja cobertura de vacunación, el aumento de la movilidad poblacional y la similitud de los síntomas del sarampión con otras enfermedades como el dengue, lo que podría dificultar su diagnóstico oportuno.
La OPS reitera que la eliminación del sarampión, la rubéola y el síndrome de rubéola congénita sigue siendo una prioridad de salud pública en la región. Por ello, insta a los países a cerrar las brechas de inmunidad y garantizar que ninguna persona quede desprotegida ante esta enfermedad altamente contagiosa pero prevenible mediante la vacunación.
La Organización continúa monitoreando la situación y trabajando de cerca con los países de la región para fortalecer sus esfuerzos de vacunación, vigilancia y respuesta rápida ante brotes, con el objetivo de evitar la propagación y reintroducción del sarampión y proteger la salud de la población.