Durante la Tercera Cumbre Advanced Anti-Aging Summit de la Caribbean Anti-Aging Medicine Association, la doctora Sharon Vélez, endocrinóloga, especialista en metabolismo y anti-aging, abordó el tema crucial de las disrupciones endocrinas y su impacto en la medicina anti-envejecimiento, regenerativa y de longevidad.
La Dra. Vélez enfatizó la lucha constante que enfrentamos contra las sustancias químicas presentes en el medio ambiente, las cuales están en contacto diario con nosotros a través de alimentos, agua, ropa y productos de uso cotidiano.
Estas sustancias, conocidas como disruptores endocrinos, se dividen en cuatro grandes categorías: pesticidas, plásticos y plastificantes, metales pesados y compuestos PFAS. Los pesticidas, como el glifosato y el diclorodifeniltricloroetano, más conocido como DDT, persisten en el ambiente, a pesar de haber sido descontinuados. Los plastificantes, como el bisfenol A (BPA) y los ftalatos, son comunes en cosméticos, mientras que los metales pesados, como el plomo y el arsénico, también son una fuente constante de exposición.
Uno de los temas más alarmantes fue la alta incidencia de telarquia prematura en niñas en Puerto Rico, vinculada al uso de cosméticos que contienen DDT. La doctora Vélez advirtió a las madres sobre la importancia de controlar los productos que sus hijas utilizan, ya que estos disruptores pueden alterar el sistema endocrino, afectando las hormonas vitales y aumentando el riesgo de enfermedades como la obesidad, diabetes y cáncer.
La solución, según la doctora, radica en la educación y la prevención. Recomendó el uso de plataformas como el Detox Project y EWG.org, donde las personas pueden informarse sobre los productos que consumen y las alternativas libres de químicos dañinos. Además, destacó la importancia de usar ropa y productos libres de microfibras y plastificantes, fomentando el uso de materiales orgánicos y productos verificados por EWG.
También, la doctora Vélez enfatizó la urgencia de legislaciones que regulan la exposición a estos químicos, y la importancia de que la población se involucre en la prevención de estas disrupciones para tener una mejor salud. Además, la investigación continua es fundamental para entender mejor cómo estas sustancias afectan la salud a largo plazo.
Así, la cumbre sirvió como un espacio para compartir experiencias y estrategias exitosas en la prevención de enfermedades relacionadas con la exposición a disruptores endocrinos. La educación y la acción colectiva son herramientas poderosas para enfrentar este desafío y mejorar la salud pública en general.