El incremento de estas patologías sigue siendo una preocupación constante en el ámbito empresarial. Según el Ministerio del Trabajo, en 2023 (las cifras oficiales más recientes) se diagnosticaron y calificaron cerca de 32.000 casos relacionados con problemas de salud laboral. Sin embargo, expertos advierten que esta cifra podría estar subestimada debido a los altos niveles de informalidad en el país, que alcanzan el 60%, según el DANE.
Paola Andrea Quintana, docente de la Especialización virtual en Gerencia en Seguridad y Salud en el Trabajo de Areandina, señala que, si bien este tipo de enfermedades han subido en los últimos años, también hay que reconocer que ha crecido la concienciación empresarial sobre la prevención de riesgos laborales. Esto ha llevado al fortalecimiento de medidas de control, como capacitaciones en ergonomía para mejorar la postura de los trabajadores y la promoción de pausas activas.
Además, las organizaciones han actualizado sus modelos de gestión para cumplir con la normatividad vigente en salud ocupacional. “No obstante, aún existen desafíos importantes, especialmente en sectores con un mayor nivel de riesgo, como la construcción, la industria manufacturera y el sector salud”, advierte Quintana.
Enfermedades laborales más comunes
- Síndrome del túnel carpiano: Provocado por la compresión del nervio mediano en la muñeca, genera dolor, hormigueo y debilidad en la mano y el antebrazo. Es común en empleos que requieren movimientos repetitivos de la mano.
- Lumbalgia: Se manifiesta con dolor en la parte baja de la espalda, ya sea agudo o crónico. Sus principales causas son posturas inadecuadas, el levantamiento de objetos pesados y movimientos repetitivos sin protección adecuada.
- Hipoacusia neurosensorial bilateral: Es una pérdida auditiva causada por daños en el oído interno, generalmente debido a la exposición prolongada a altos niveles de ruido en el entorno laboral. Sin medidas de protección, la afectación auditiva puede ser irreversible.
- Epicondilitis lateral (“codo de tenista”): Inflamación de los tendones en la parte externa del codo, frecuente en trabajadores que realizan movimientos repetitivos del antebrazo y la muñeca. Provoca dolor e inflamación persistentes.
Según Quintana, las causas de estas dolencias están relacionadas con diversos factores del entorno laboral. “Por ejemplo, son determinantes los movimientos repetitivos, que afectan los músculos y tendones; la falta de periodos adecuados de descanso, que genera sobrecarga muscular; y las posturas inadecuadas, que pueden derivar en micro lesiones en hueso que son imperceptibles y que causan mucho dolor, deteriorando la calidad de vida del trabajador”.
Otros factores de riesgo incluyen el levantamiento inadecuado de cargas pesadas, el traslado de objetos sin técnicas apropiadas y la exposición constante al ruido, lo que puede causar graves problemas auditivos a mediano y largo plazo que, de hecho, podrían resultar irreversibles.
Estrategias de prevención
- Adaptar el entorno y las herramientas de trabajo: Utilizar sillas ergonómicas y escritorios ajustables para promover posturas correctas y disminuir la tensión muscular.
- Realizar pausas activas: Implementar ejercicios de estiramiento y relajación en intervalos regulares durante el día para reducir la carga en músculos y articulaciones.
- Capacitarse en prevención: Participar en entrenamientos sobre técnicas adecuadas para manipular cargas y mantener posturas saludables.
- Monitorear la salud regularmente: Asistir al médico una vez al menos cada tres meses para detectar tempranamente signos de alarma y con ello aplicar medidas correctivas oportunas.
“Es fundamental que empleadores y trabajadores asuman un compromiso activo en la promoción de la seguridad y salud en el trabajo, priorizando la prevención sobre la corrección. Las empresas deben adoptar medidas proactivas para garantizar un entorno laboral seguro y saludable”, concluye la docente de Areandina.