La Dra. Veroushka Ballester, especialista en gastroenterología, cáncer gastrointestinal y genética asociada al cáncer colorrectal, destaca la importancia del cernimiento para la detección temprana y prevención de esta enfermedad.
El cáncer colorrectal comienza como un crecimiento precanceroso llamado pólipo en el revestimiento del colon. La clave de la prevención radica en detectar y remover estos pólipos antes de que evolucionen a cáncer. Existen diversas herramientas de cernimiento, tanto invasivas como no invasivas. “La detección temprana sigue siendo la mejor herramienta para combatir esta enfermedad”, afirmó la Dra. Ballester, destacando la importancia de prácticas preventivas como la colonoscopia y la adopción de hábitos saludables.
Entre otras opciones de cernimiento se encuentran las pruebas de sangre oculta en heces y la prueba de ADN en heces, que pueden ser alternativas en casos donde la colonoscopía no sea viable.
La edad es un factor de riesgo determinante, con un aumento significativo en la incidencia a partir de los 45-50 años. Sin embargo, en los últimos años se ha observado un incremento de casos en personas jóvenes, lo que ha llevado a la American Cancer Society a recomendar el cernimiento a partir de los 45 años, incluso en ausencia de síntomas. Además, ciertos factores genéticos pueden predisponer a un mayor riesgo, haciendo necesario un monitoreo más temprano y riguroso en personas con antecedentes familiares. Otros factores de riesgo incluyen una dieta rica en carnes procesadas y grasas, el sedentarismo, la obesidad, la diabetes tipo 2 y el consumo excesivo de alcohol y tabaco.
El cáncer colorrectal puede desarrollarse sin síntomas en sus etapas iniciales, lo que resalta aún más la importancia del cernimiento regular. Sin embargo, algunos signos de advertencia pueden incluir:
- Sangrado rectal o sangre en las heces.
- Cambios en los hábitos intestinales, como diarrea o estreñimiento persistentes.
- Dolor abdominal recurrente o sensación de evacuación incompleta.
- Pérdida de peso inexplicada.
- Fatiga y debilidad.
Cualquier persona que experimente estos síntomas debe acudir a un especialista para una evaluación médica adecuada.
Aproximadamente el 10% de los casos de cáncer colorrectal presentan una predisposición genética. Identificar estos factores a través de pruebas genéticas permite establecer estrategias de prevención personalizadas y tratamientos dirigidos. Existen pruebas somáticas, aplicadas directamente al tumor, y pruebas germinales, que analizan predisposiciones hereditarias. En personas con síndromes genéticos como el síndrome de Lynch o la poliposis adenomatosa familiar, la vigilancia temprana y frecuente es fundamental para reducir el riesgo de desarrollar cáncer.
El tratamiento del cáncer colorrectal varía según la localización y el estadio de la enfermedad. Entre las opciones terapéuticas se incluyen cirugía, quimioterapia, inmunoterapia y terapias dirigidas. La medicina de precisión juega un papel clave en la selección del tratamiento más adecuado para cada paciente, optimizando la respuesta y minimizando efectos adversos. Avances recientes incluyen el desarrollo de biomarcadores que permiten personalizar aún más el tratamiento y mejorar la tasa de supervivencia.
La Dra. Ballester enfatiza la importancia de adoptar hábitos saludables como una dieta equilibrada, actividad física regular y evitar el consumo de tabaco y alcohol, factores modificables que pueden reducir el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal. Además, insta a la población a informarse y realizarse las pruebas de cernimiento recomendadas, ya que la detección temprana sigue siendo la mejor herramienta para combatir esta enfermedad. Con educación, prevención y acceso a pruebas de cernimiento, es posible reducir significativamente la incidencia y mortalidad del cáncer colorrectal.