Cuando la psoriasis duele en las articulaciones: el reto de la artritis psoriásica

original web 2025 10 29t151727.118
Dra. Elizabeth Ramírez, reumatóloga y miembro de la Asociación de Reumatólogos de Puerto Rico. Foto PHL.

En el marco del Día Mundial de la Psoriasis, los especialistas recuerdan que esta enfermedad no solo afecta la piel. Detrás de sus manifestaciones visibles puede esconderse una de las complicaciones más dolorosas y debilitantes: la artritis psoriásica, un trastorno inflamatorio que impacta a cerca del 30 % de los pacientes con psoriasis y cuyo riesgo aumenta con la edad.

Un panorama que preocupa en Puerto Rico

En Puerto Rico, el envejecimiento poblacional es una realidad que plantea nuevos desafíos en salud pública. En al menos 34 municipios, la población mayor de 65 años ya supera en número a los menores de 15. En este contexto, comprender cómo la artritis psoriásica afecta a los adultos mayores se vuelve fundamental para diseñar estrategias de atención y mejorar su calidad de vida.

La Dra. Elizabeth Ramírez, reumatóloga y miembro de la Asociación de Reumatólogos de Puerto Rico, explica que “la artritis psoriásica puede presentarse en cualquier etapa de la vida de un paciente con psoriasis, lo que significa que uno de cada tres puede desarrollar síntomas inflamatorios articulares”.

Detección temprana y diagnóstico diferencial

El diagnóstico precoz marca la diferencia entre una vida activa y una limitada por el dolor. Sin embargo, muchos pacientes llegan a consulta con sospechas de osteoartritis o artritis reumatoide, y solo tras investigar antecedentes de psoriasis se considera la posibilidad de artritis psoriásica.

Entre los síntomas más comunes figuran:

  • Dolor articular (simétrico o asimétrico).
  • Dactilitis, inflamación de los dedos.
  • Entesitis, inflamación donde los tendones se unen al hueso (frecuente en codos, rodillas o el tendón de Aquiles).

“La dificultad del diagnóstico radica en que no existe una prueba específica”, señala la Dra. Ramírez. “Por eso, se basa en la evaluación clínica y en descartar otras causas de artritis”. Este proceso puede retrasar el tratamiento y agravar el dolor crónico y la pérdida de movilidad.

Tratamientos y barreras en el acceso

El manejo de la artritis psoriásica depende de la severidad de los síntomas y de las comorbilidades del paciente. En casos leves, los antiinflamatorios no esteroides pueden ofrecer alivio temporal, aunque no detienen la progresión de la enfermedad. Para casos más avanzados, se utilizan medicamentos modificadores de la enfermedad y terapias biológicas dirigidas al sistema inmunitario.

Sin embargo, la especialista advierte un reto persistente en el sistema de salud:

“Muchos planes médicos exigen que el paciente pruebe y no tolere tratamientos convencionales antes de autorizar biológicos. Ese proceso retrasa el acceso a terapias efectivas y puede tener consecuencias graves”.

Además, los tratamientos pueden generar efectos secundarios como fatiga, malestar estomacal o daño renal y hepático, por lo que la vigilancia médica es indispensable, especialmente en los adultos mayores. “Si el paciente presenta efectos adversos, debe consultar con su médico para ajustar el tratamiento, nunca automedicarse ni suspenderlo por cuenta propia”, subraya la Dra. Ramírez.

Más allá del tratamiento farmacológico, la educación del paciente y la conciencia social son determinantes. “La clave está en desmitificar las ideas erróneas sobre la psoriasis y la artritis psoriásica para fomentar un ambiente de apoyo y comprensión”, enfatiza la reumatóloga.

Esta condición no se limita a las articulaciones ni a la piel: afecta el bienestar emocional, la autoestima y la independencia del paciente. Por ello, promover la empatía, la detección temprana y el acompañamiento integral debe ser prioridad en el abordaje de esta enfermedad.

En una sociedad que envejece rápidamente, comprender y atender la artritis psoriásica es una apuesta por el envejecimiento saludable y digno.

Últimos artículos