Una investigación internacional acaba de arrojar nueva luz sobre cómo administrar antibióticos a pacientes críticamente enfermos con sepsis, una de las principales causas de muerte en las unidades de cuidados intensivos (UCI) de todo el mundo. El estudio, denominado BLING III, evaluó si la administración continua de antibióticos β-lactámicos, en lugar de la forma tradicional intermitente, reduce el riesgo de muerte en estos pacientes.
El ensayo, realizado entre 2018 y 2023, incluyó a más de 7,000 adultos atendidos en 104 UCI de Australia, Bélgica, Francia, Malasia, Nueva Zelanda, Suecia y el Reino Unido. Los participantes fueron tratados con dos antibióticos comunes contra la sepsis: piperacilina-tazobactam o meropenem. A la mitad de ellos se les administraron las dosis de forma continua a lo largo del día, mientras que la otra mitad las recibió de manera intermitente, es decir, en dosis separadas a lo largo del día.
El principal objetivo del estudio fue evaluar si uno de estos métodos ayudaba a reducir la mortalidad en los 90 días posteriores al inicio del tratamiento. Los resultados mostraron que el 24.9 % de los pacientes que recibieron la infusión continua fallecieron, frente al 26.8 % de los que recibieron la infusión intermitente. Aunque la diferencia fue del 1.9 %, esta no fue estadísticamente significativa (es decir, podría deberse al azar).
Sin embargo, sí hubo una diferencia notable en la curación clínica: el 55.7 % de los pacientes en el grupo de infusión continua se recuperó, en comparación con el 50.0 % del grupo intermitente. En cuanto a otros aspectos como la aparición de infecciones por bacterias resistentes, infecciones por Clostridioides difficile, y la mortalidad en la UCI o en el hospital, no se encontraron diferencias significativas.
En las conclusiones se menciona: “La diferencia observada en la mortalidad a los 90 días entre las infusiones continuas o intermitentes de antibióticos β-lactámicos no alcanzó significación estadística en el análisis primario”.
“Sin embargo, el intervalo de confianza alrededor de la estimación del efecto incluye la posibilidad tanto de ningún efecto importante como de un beneficio clínicamente importante en el uso de infusiones continuas en este grupo de pacientes”.
Los resultados de este ensayo serán útiles para guiar las decisiones médicas sobre el tratamiento de la sepsis, una enfermedad que sigue representando un enorme desafío en las terapias intensivas.