El Dr. Rafael Santini Domínguez, cirujano vascular y presidente de la Sociedad de Cirujanos Vasculares y Endovasculares de Puerto Rico, alertó sobre la prevalencia y gravedad de la Enfermedad Arterial Periférica (EAP) en la isla.
Según el Dr. Santini, aproximadamente 2,300 amputaciones mayores se realizan cada año en Puerto Rico debido a complicaciones derivadas de esta enfermedad, como úlceras y gangrena. Destacó que la falta de diagnóstico temprano y tratamiento adecuado agrava la situación, convirtiéndola en un problema de salud pública urgente.
El especialista indicó que esta condición que afecta a cientos de personas en Puerto Rico y a menudo se pasa por alto. “Muchos pacientes no saben que padecen de EAP hasta que los síntomas se vuelven graves”, explicó el Dr. Santini. “El dolor al caminar, conocido como claudicación, es uno de los primeros síntomas, pero cuando la enfermedad progresa, puede llegar a haber dolor incluso en reposo, lo que indica un riesgo mucho mayor”.
Los pacientes que sufren de EAP tienen un mayor riesgo de enfrentar infartos cardíacos, derrames cerebrales y amputaciones. «El diagnóstico temprano es clave. La enfermedad arterial periférica no solo compromete la calidad de vida, sino que puede ser fatal si no se maneja adecuadamente», agregó el Dr. Santini.
La falta de síntomas evidentes hace que la EAP sea conocida como una enfermedad silenciosa, pero los estudios de cernimiento como el índice de brazo-tobillo son esenciales para detectar la condición antes de que los efectos sean irreversibles.
El Dr. Santini recalcó que ciertos factores predisponen a los pacientes a desarrollar esta condición. La diabetes, la hipertensión, el tabaquismo y la obesidad son las principales causas que contribuyen al desarrollo de la EAP.
“La diabetes es un factor muy común entre nuestros pacientes, y es fundamental que los diabéticos mantengan un control adecuado de sus niveles de glucosa. El riesgo de EAP aumenta considerablemente cuando la diabetes no está bien manejada”, explicó el Dr. Santini. «Lo mismo ocurre con la hipertensión y el tabaquismo. Si estos factores no se controlan, la probabilidad de sufrir complicaciones relacionadas con EAP es mucho mayor».
El cirujano vascular también subraya que la prevención comienza con cambios en el estilo de vida. “La actividad física regular y una dieta balanceada son esenciales. Caminar 30 minutos al día puede tener un impacto significativo en la prevención de la EAP y otras enfermedades cardiovasculares. Además, abandonar el hábito de fumar es una de las medidas más efectivas para reducir el riesgo de esta enfermedad”, finalizó.