El desafío de la medicina moderna ante las cirugías en adultos mayores

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Doctor Arturo López Negrón, cirujano general.

La expectativa de vida ha aumentado en Puerto Rico y en el mundo, y con ello, también la complejidad médica de la población de adultos mayores. Enfermedades que antes no alcanzaban edades avanzadas hoy exigen abordajes quirúrgicos a una edad en la que los riesgos no pueden pasarse por alto.

Tenemos que partir de la premisa de que al vivir más, vamos a encontrar muchas más condiciones que hay que resolver en pacientes que ya por la edad tienen un mayor riesgo”, explicó el Dr. Arturo López Negrón, cirujano general, durante la segunda Feria de Bienestar y Salud para adultos mayores.

Desde su experiencia, asegura que todas las cirugías implican riesgo, incluso aquellas que a primera vista parecen simples. Por eso, destaca que antes de decidir operar, lo más importante es una evaluación clínica profunda: “El 95 % de las condiciones médicas te las dice el paciente, por eso necesitas una buena entrevista y un buen examen físico, porque de ahí parte todo”.

Una decisión que no es sólo médica

En adultos mayores, las cirugías se enfrentan a retos particulares como condiciones cardíacas, neurológicas o degenerativas que son comunes y elevan la posibilidad de complicaciones. Ante eso, el Dr. López  insiste en que el proceso no debe ser apresurado: “Uno tiene que darle al paciente y al familiar toda la información. Muchas veces hay que decir: ‘no te puedo ofrecer esto porque los riesgos superan los beneficios’. Pero siempre se agotan todas las alternativas”.

Esa comunicación clara es, según el cirujano, el eje que sostiene cualquier decisión quirúrgica. Y no solo con el paciente, sino con su entorno. “Es triste ver pacientes mayores llegar solos a una cita. Necesitan alguien que los acompañe, que los ayude a tomar decisiones. A veces tú les explicas todo y se les nubla la mente. Por eso insisto: la decisión de operarse es personal, pero debe haber una comunicación real entre todas las partes”.

Además, se destaca el valor del juicio clínico que se construye con años de experiencia. “Uno tiene que usar los recursos académicos, los médicos y también el instinto que te da la práctica para tomar una decisión justa”.

Avances que hacen la diferencia

La medicina ha cambiado y las técnicas mínimamente invasivas también, actualmente existen procedimientos menos invasivos como la laparoscopía para cirugías de vesícula o reparación de hernias que han transformado los tiempos de recuperación y han hecho que muchos procedimientos sean ambulatorios.

“Antes, una cirugía implicaba estar en cama varios días. Hoy, opero a un paciente y antes de salir de sala ya está despierto”. Además la recuperación es más rápida porque a las tres semanas las personas ya están de vuelta a su trabajo, y esto se debe a la maravilla de la evolución de la ciencia.

El cambio también se nota en los cuidados preoperatorios. Según el especialista, uno de los mayores avances ha sido integrar un enfoque multidisciplinario: “Ahora ningún paciente llega a anestesia sin que lo vea un internista, un cardiólogo o un especialista. Así reducimos eventos como arritmias o infartos durante la cirugía”.

Hoy, la cirugía en adultos mayores requiere más que técnica: exige sensibilidad, experiencia y una visión integral del paciente. Con una población en aumento, la medicina se adapta a nuevos desafíos, desde procedimientos menos invasivos hasta cuidados más personalizados antes, durante y después del quirófano.

Pero más allá de los avances, el verdadero eje de una recuperación exitosa sigue siendo la comunicación clara entre profesionales, pacientes y familias, así como una movilización temprana que favorezca el bienestar físico y emocional tras la intervención.

En el contexto actual, operar a un adulto mayor no solo es una decisión médica, sino también humana.

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