Por negligencia alimentaria niño de 8 años pierde su vista permanentemente

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Un médico que trató su caso indicó que presentaba una deficiencia severa de una vitamina crucial para la salud de los nervios ópticos.

Un estudiante de primaria en Malasia perdió la vista de manera permanente debido a una alimentación poco variada que lo dejó carente de nutrientes. Se informa que el niño, de ocho años, solo ha consumido nuggets de pollo, salchichas y galletas desde su infancia. Un médico que trató su caso indicó que presentaba una deficiencia severa de una vitamina crucial para la salud de los nervios ópticos. 

Su angustiante experiencia comenzó durante una clase de segundo grado en Kuala Lumpur, cuando exclamó: “Maestro, ¿por qué no puedo ver nada?”. Fue llevado de emergencia al hospital, donde le diagnosticaron una grave falta de vitamina A, una condición que afecta en menor medida al uno por ciento de la población estadounidense.

La vitamina A es esencial para la rodopsina, una proteína sensible a la luz que genera pigmentos en la retina, fundamentales para la visión en ambientes oscuros. El niño probablemente padecía atrofia óptica, que provoca un deterioro en las células del nervio óptico por daños prolongados. 

La Dra. Erna Nadia, una médica malaya reconocida en redes sociales, compartió en Facebook que, como madres, a veces no no se puede cocinar debido a las ocupaciones diarias, y expresó su pesar por los padres del niño, instando a los mismos a estar atentos a los síntomas de deficiencia de vitamina A, como ojos secos, manchas grises en la parte blanca de los ojos, dificultad para ver por la noche o incapacidad para producir lágrimas.

Los alimentos ricos en vitamina A incluyen espinacas, zanahorias, mangos, papaya, albaricoques, pescado, pollo, huevos y batatas. Se han reportado casos similares en Estados Unidos; el año pasado se  informó sobre un niño de 12 años en Massachusetts que también quedó ciego por motivos similares, debido a su autismo y a una aversión extrema a ciertas texturas de alimentos, lo que lo llevó a alimentarse únicamente de hamburguesas simples, papas fritas con salsa ranch, donas y jugos. Se encontró que tenía deficiencias graves de vitamina A, C, D, cobre y zinc.

Los investigadores han notado que los niños con autismo pueden tener una mayor predisposición a desarrollar fobias alimentarias severas debido a sus particulares desafíos sensoriales, que los hacen más sensibles a las texturas, sabores y olores de los alimentos. Además, estos niños tienden a aferrarse a rutinas, lo que puede llevarlos a preferir ciertos alimentos.

Se estima que uno de cada 100 niños en EE. UU. presenta deficiencia de vitamina A, mientras que hasta un 70% de los niños menores de 11 años podrían no tener suficiente vitamina D. Asimismo, uno de cada cinco niños en el país no recibe la cantidad adecuada de vitamina C. 

La deficiencia severa de nutrientes, conocida como escorbuto, es rara en las naciones desarrolladas, pero parece estar resurgiendo en EE. UU. Esta condición, que puede provocar la pérdida de dientes y dolor intenso, se ha triplicado entre 2016 y 2020, pasando de aproximadamente ocho a casi 27 casos por cada 100.000 niños.

Millones de niños en áreas rurales de Estados Unidos residen en desiertos alimentarios, donde el acceso a alimentos frescos y saludables es limitado, lo que los hace particularmente susceptibles. Sin embargo, a pesar de que la alimentación es un factor clave en el desarrollo del escorbuto, los expertos sostienen que también influyen otros elementos, como el aumento de las tasas de autismo en la infancia.

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