Obesidad y salud mental, un reto que va más allá del cuerpo

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Michell R. Aponte Soto, Ph. D, MSc

Por: Michell R. Aponte Soto, Ph. D, MSc

Psicólogo clínico

La obesidad ha sido identificada como una de las epidemias de nuestro siglo y es considerada en muchos países en desarrollo o en vías de desarrollo como un problema de salud pública. La tendencia al sobrepeso y a la obesidad depende, en parte, de factores genéticos, también, en buena medida, en la conducta de las personas como podrían ser los hábitos alimenticios. Estos últimos suelen ser conductas automáticas, difíciles de cambiar, que en ocasiones están influidas por las emociones (Sánchez, 2021) 1. 

La obesidad no solo afecta el cuerpo, sino que también puede dañar nuestra salud mental. Diversos estudios muestran que tener sobrepeso u obesidad se relaciona con más sentimientos de tristeza, ansiedad y estrés. Por ejemplo, Steptoe y Frank (2023) 2 explican que en países con altos ingresos, la presión de la sociedad y los prejuicios contra las personas con sobrepeso pueden aumentar el estrés y dificultar los esfuerzos para perder peso.

Cuando hablamos de cómo se desarrolla la autoestima, es importante saber que vivir con sobrepeso desde edades tempranas puede afectar la forma en que la persona se ve a sí misma. Gong et al. (2022) 3 realizaron un estudio longitudinal y encontraron que los niños que empiezan a tener sobrepeso o que lo mantienen a lo largo de los años tienden a sentirse peor consigo mismos, tanto en la escuela como con sus amigos y en casa. Esto significa que la experiencia de tener obesidad en la niñez puede dejar una marca emocional que dura muchos años. 

En el aspecto biológico, la obesidad también puede influir en cómo se siente una persona. Fu et al. (2023) 4 explican que cuando hay un exceso de grasa, se producen cambios en el cuerpo que afectan las hormonas y aumentan la inflamación. Estas alteraciones pueden afectar al cerebro y provocar sentimientos de tristeza y ansiedad. En otras palabras, el mal funcionamiento en la producción de ciertas sustancias químicas del cuerpo puede hacer que una persona se sienta deprimida o nerviosa.

Otro factor importante es el estigma, o la forma en que la sociedad trata a las personas con sobrepeso. Timkova et al. (2025) 5 señalan que cuando una persona se siente rechazada o discriminada por su peso, puede experimentar soledad, depresión y ansiedad. Sin embargo, el mismo estudio indica que contar con amigos y familiares que brinden apoyo puede ayudar a reducir estos sentimientos negativos. Esto demuestra que el apoyo social es muy importante para mejorar la salud mental.

En Puerto Rico, también se han realizado estudios sobre este tema. Acosta-Pérez et al. (2012) 6 encontraron que los jóvenes puertorriqueños con obesidad tienen más probabilidades de sufrir de ansiedad y depresión. Estos resultados refuerzan la idea de que la obesidad no solo afecta el cuerpo, sino también el estado de ánimo y las relaciones sociales. 

En resumen, la evidencia actual muestra que la obesidad impacta la salud mental de muchas maneras: desde cambios en el cuerpo que afectan las hormonas y generan inflamación, hasta el impacto emocional del estigma y la baja autoestima. Por ello, es fundamental abordar la obesidad de forma integral, es decir, no solo tratando el sobrepeso, sino también ofreciendo apoyo psicológico y fortaleciendo las redes de apoyo social. Solo de esta manera se podrá mejorar el bienestar general y ayudar a las personas a sentirse mejor consigo mismas.

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