En un contexto donde la incidencia de la enfermedad de Crohn (EC) sigue en aumento a nivel mundial, un reciente informe de caso ha puesto de manifiesto una presentación poco común de esta patología en pacientes pediátricos: hemorragia digestiva alta aguda aislada. Esta condición, aunque rara, destaca la importancia de una evaluación exhaustiva y una mayor concienciación entre los profesionales de la salud.
El caso documentado se refiere a un niño de 9 años, previamente sano, que se presentó en el departamento de emergencias (DE) con un episodio agudo de hematemesis. A su llegada, el paciente se encontraba hemodinámicamente estable y la hemorragia había cesado, por lo que se le administró un inhibidor de la bomba de protones (IBP) y fue dado de alta con recomendaciones de seguimiento clínico gastrointestinal, al que lamentablemente no asistió.
Tres semanas después, el menor regresó al DE con un nuevo episodio de hematemesis, esta vez acompañado de inestabilidad hemodinámica que requirió reanimación y su ingreso en la unidad de cuidados intensivos. Durante su hospitalización, se realizó una esofagogastroduodenoscopia (EGD) de emergencia que reveló una úlcera gástrica sangrante en el fondo, la cual fue controlada mediante inyección de epinefrina y aplicación de clips hemostáticos.
Las biopsias gástricas realizadas durante el procedimiento mostraron la presencia de granulomas, lo que llevó a los médicos a realizar una ileocolonoscopia para descartar la enfermedad de Crohn. Los hallazgos de esta última revelaron edema en el colón izquierdo y úlceras tanto en el colon como en el íleon terminal, corroborando la sospecha de EC mediante la histopatología que evidenció la presencia de granulomas.
Como parte del tratamiento, se iniciaron infusiones de infliximab, y el paciente actualmente recibe 10 mg/kg del medicamento cada cuatro semanas. Este caso muestra la necesidad de aumentar la conciencia médica acerca de las presentaciones atípicas de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) y mantiene un alto índice de sospecha en el diagnóstico de hemorragia gastrointestinal aguda en niños y adolescentes.
La atención temprana y adecuada en estos casos puede ser crucial para mejorar los resultados clínicos y la calidad de vida de los pacientes afectados por esta compleja enfermedad.
