Enfermedad inflamatoria intestinal: nutrición y tratamiento

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La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) agrupa a dos entidades principales: la colitis ulcerosa (CU) y la enfermedad de Crohn (EC). Imagen de archivo.

La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) agrupa a dos entidades principales: la colitis ulcerosa (CU) y la enfermedad de Crohn (EC). Ambas enfermedades son crónicas, caracterizadas por brotes de actividad inflamatoria que afectan el tracto gastrointestinal de manera distinta. 

Mientras que la CU se limita a la mucosa del colon y es continua, la EC puede afectar cualquier parte del tracto digestivo, de manera transmural y parcheada. Existe una tercera entidad, la EII no clasificada, que combina características de ambas y representa el 30% de los casos en pacientes pediátricos. 

Según el artículo Nutrición en enfermedad inflamatoria intestinal de Scielo, la Dr. María Josefa Martínez Gómez, el Dr. Cristóbal Melián Fernández y la Dra. María Romeo Donlo de la sección de Gastroenterología y Nutrición del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, señalan que en los últimos años, la incidencia de la EC ha aumentado a 4,5 casos por 100,000 habitantes, mientras que la de la CU se ha estabilizado en 2 por 100,000. 

La EII se diagnostica comúnmente entre los 20 y 30 años, con la EC siendo más prevalente en hombres, mientras que la CU no muestra un predominio claro por sexo. A nivel global, la prevalencia de la EII es del 0,4%.

“Existe una alta prevalencia de malnutrición en los pacientes con EII, ocurriendo en el 50-70% de los pacientes con EC y el 18-62% de la CU, lo cual es reseñable, ya que la desnutrición relacionada con la enfermedad empeora el pronóstico de la misma”señala el estudio. Esta malnutrición no solo agrava la enfermedad al alterar la función inmunológica sino que también empeora la calidad de vida de los pacientes y aumenta los costos de atención médica. 

Asimismo, se destaca que, “la EII tiene importantes implicaciones nutricionales y metabólicas, ya que existe una alta prevalencia de malnutrición en esta enfermedad, la dieta puede verse implicada como parte de la etiología y además la intervención nutricional podría tener un papel importante en el tratamiento primario de esta entidad”

También, el artículo indica que se ha estudiado el papel del omega 6, “se ha implicado al omega 6 en el origen de la enfermedad, dado su carácter inflamatorio, ya que afecta al metabolismo del ácido araquidónico y aumenta la producción de leucotrienos B4, lo que favorece la acción inflamatoria.” Por otro lado, el omega 3, común en la dieta esquimal, ha mostrado una baja prevalencia de EII, destacando la importancia de los lípidos en la regulación de los procesos inflamatorios.

La intervención nutricional es crucial en el manejo de la EII, con el objetivo de corregir deficiencias de macro y micronutrientes, garantizar un balance nitrogenado positivo y promover la cicatrización de la mucosa. En la CU, el tratamiento nutricional se enfoca principalmente en el soporte, mientras que en la EC, puede ser una terapia primaria para inducir la remisión.

La nutrición enteral ha demostrado ser eficaz, especialmente en la población pediátrica, donde se compara favorablemente con el uso de corticosteroides. Aunque no es tan efectiva en adultos, sigue siendo una herramienta valiosa, especialmente en brotes leves a moderados de EC, con una afectación ileal o ileocólica. La nutrición enteral se administra generalmente de manera exclusiva durante 6-8 semanas, seguido de una reintroducción gradual de la dieta. 

La intervención nutricional es un componente fundamental en el tratamiento de la EII, especialmente dada la alta prevalencia de malnutrición en estos pacientes. Es esencial realizar un seguimiento individualizado para asegurar un aporte calórico adecuado, con un enfoque particular en la población pediátrica para garantizar un desarrollo puberal y de crecimiento óptimos. 

Pese a que la nutrición ya juega un papel crucial en el manejo de la EII, se requieren más estudios para explorar el potencial de los nutrientes inmunomoduladores en el tratamiento de esta enfermedad. 

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