El corazón tiene cuatro válvulas que regulan el flujo sanguíneo y garantizan que la sangre circule en la dirección correcta. Entre ellas, la válvula aórtica permite el paso de sangre desde el ventrículo izquierdo hacia la aorta y, posteriormente, al resto del cuerpo. Con el tiempo, esta válvula puede volverse más rígida y estrecha, dificultando la salida de la sangre y dando lugar a una afección conocida como estenosis aórtica.
Según el American College of Cardiology (ACC), la estenosis aórtica afecta aproximadamente al 3 % de los mayores de 75 años y es la valvulopatía más frecuente en países desarrollados (Otto et al., 2021). Su incidencia ha aumentado en las últimas décadas debido al envejecimiento de la población, y se estima que más de 1.5 millones de personas en Estados Unidos padecen estenosis aórtica severa, de las cuales aproximadamente 500,000 presentan síntomas y requieren tratamiento (Nishimura et al., 2022).
Las causas más comunes de estenosis aórtica incluyen:
- Calcificación de la válvula aórtica: La más común en adultos mayores debido a inflamación crónica, infiltración lipídica y calcificación.
- Enfermedad valvular reumática: En personas que tuvieron fiebre reumática en la infancia, la válvula aórtica puede desarrollar cicatrices causando estrechez y rigidez.
- Defecto cardíaco congénito: La más común es la válvula aórtica bicúspide en el que la válvula tiene dos valvas en lugar de tres, haciéndola más propensa a desgaste a temprana edad. Se estima que entre 1% y 2% de la población nace con válvula bicúspide y hasta un 50% de estos pacientes desarrollará estenosis aórtica en su vida adulta (Yancy et al., 2020).
- Otras condiciones, como la insuficiencia renal crónica y la radioterapia en el tórax.
En sus etapas iniciales, la estenosis aórtica suele ser silenciosa, la persona puede no notar ningún síntoma. Sin embargo, a medida que la válvula se vuelve más estrecha, el corazón se esfuerza más para bombear la sangre y pueden aparecer síntomas como falta de aire, dolor de pecho (angina), palpitaciones, insuficiencia cardíaca, fatiga extrema, mareos o desmayos (síncope).
El diagnóstico se basa en el historial clínico, examen físico y estudios especializados que pueden incluir:
- Ecocardiograma: prueba de elección.
- Electrocardiograma (ECG)
- Ecocardiograma transesofágico
- Resonancia magnética cardíaca.
- Cateterismo cardíaco.
El tratamiento dependerá de la gravedad de la estenosis y de si hay síntomas presentes. Si la estenosis es leve o moderada, el médico puede recomendar seguimiento con ecocardiogramas periódicos y cambios en el estilo de vida para disminuir los factores de riesgo y proteger la salud del corazón. Cuando la estenosis aórtica es severa acompañada de síntomas, está indicado reemplazar la válvula. Los estudios han demostrado que una vez aparecen síntomas en pacientes con estenosis aórtica severa, la supervivencia sin tratamiento es baja. En personas que presentan con angina, la expectativa de vida promedio es de 5 años; en aquellos con síncope, 3 años; y en pacientes con insuficiencia cardíaca, menos de 2 años (Otto & Prendergast, 2021).
Existen dos formas principales de reemplazo valvular:
1. Reemplazo quirúrgico de válvula aórtica (SAVR): Se reemplaza la válvula dañada por una válvula nueva que puede ser mecánica (metálica) o biológica (proveniente de tejido animal).
2. Reemplazo de válvula aórtica transcateter (TAVR): Procedimiento menos invasivo en el que se introduce una nueva válvula a través de un catéter. Se usa principalmente en pacientes de alto riesgo quirúrgico, pero cada vez se indica en más personas. Más del 60% de los reemplazos valvulares en adultos mayores se realizan con TAVI en lugar de cirugía abierta (Nishimura et al. 2022).
La decisión entre TAVR y SAVR dependerá de la edad, la anatomía de la válvula, las comorbilidades y preferencias del paciente.
La estenosis aórtica es una condición seria, pero hoy en día existen tratamientos efectivos que pueden mejorar la calidad de vida de los pacientes. Si la padeces, es fundamental seguir las indicaciones de tu médico y estar atento a cualquier síntoma. ¡Cuida tu corazón y dale la atención que se merece!