El Foro de Innovación Cardiovascular 2025, celebrado en el Centro de Convenciones de Cabo Rojo, Dr. Ramón Emeterio Betances, reunió a especialistas de toda la región para dialogar sobre avances, experiencias y soluciones que transformarán el futuro de la salud del corazón. Uno de los temas centrales fue el manejo de la presión arterial elevada en pacientes hospitalizados, presentado por la cardióloga Dra. Karen Rodríguez Maldonado.
La doctora Rodríguez compartió con claridad y sencillez las diferencias entre la hipertensión en pacientes ambulatorios y hospitalizados, los factores que influyen en los picos hipertensivos, los retos terapéuticos y la importancia del trabajo interdisciplinario en los hospitales para que especialistas, profesionales de la salud y población general puedan comprender la importancia de entender está compleja y altamente prevalente condición cardiovascular.
Diferencias entre la hipertensión ambulatoria y hospitalaria
Según la especialista en cardiología, la hipertensión arterial se define como una presión por encima de 120/80 mmHg. Sin embargo, el momento y la condición del paciente determinan cómo se aborda.
Recalcó que en el paciente ambulatorio, muchas veces la persona ni siquiera sabe que su presión está elevada porque solo se mide en consultas rutinarias. En cambio, en el paciente hospitalizado existen factores adicionales: infecciones, traumas, dolor, estrés emocional o la simple omisión de medicamentos al ingresar a la sala de emergencia. Todo ello puede generar lecturas de presión arterial altas que no siempre corresponden a una crisis real y por lo tanto, merece un análisis cuidadoso de la situación individual por parte de los profesionales médicos.
La doctora lo explica con ejemplos muy claros:
- Un paciente con dolor de pecho, visión borrosa o vómitos y presión de 180/110 mmHg probablemente requiere medicación intravenosa inmediata para manejar una posible crisis.
- Otro paciente con la misma presión, pero que llega solo por un dedo inflamado, no necesariamente necesita un tratamiento agresivo o inmediato.
“En el setting dentro del hospital, la magia está en escuchar al paciente y entender por qué está en la sala hospitalaria. ¿Qué factores podrían contribuir a que ese paciente hospitalizado presente picos hipertensivos?”, subrayó la Dra. Rodríguez, agregando que, «Vale la pena recalcar que, en muchas ocasiones, estos pacientes tienen un estrés emocional particular que también podría provocar que la presión se eleve en la sala de emergencia. Por eso dije arte; arte del médico que, en ocasiones, usted piensa que no está haciendo nada, y desde su escritorio lo está observando para ver si ese paciente me preocupa, si entiendo que eso es una crisis hipertensiva o si realmente es un paciente que viene por alguna otra causa y puedo observarlo«.
Factores que contribuyen a picos hipertensivos en el hospital
La causa más frecuente es no tomar los medicamentos en el horario correspondiente. En ocasiones los pacientes no llevan sus medicinas al hospital o interrumpen su régimen. Además, el estrés emocional propio de una sala de emergencias puede disparar la presión, como lo menciona la especialista.
Otro aspecto fundamental es la técnica de medición: un manguito inadecuado para el tamaño del brazo, por ejemplo en pacientes con obesidad, puede arrojar lecturas erróneas.
También las comorbilidades influyen y la Dra. Rodríguez destaca:
- Diabetes y enfermedad renal suelen acompañarse de hipertensión difícil de controlar.
- La sobrecarga de líquidos es otro factor común; mientras no se corrija, los fármacos antihipertensivos serán menos efectivos.
Estrategias de tratamiento y retos clínicos en la hipertensión
El tratamiento hospitalario varía según la condición del paciente. Se dispone de medicamentos orales e intravenosos, estos últimos reservados para emergencias hipertensivas. Sin embargo, elegir la terapia adecuada es un reto, pues se debe balancear la necesidad de bajar la presión rápidamente con el riesgo de que un descenso brusco cause complicaciones en órganos vitales como el corazón, los riñones o la retina.
Aquí entra en juego no solo la decisión médica, sino también el rol del equipo de enfermería y otros especialistas. El monitoreo continuo, la comunicación entre disciplinas y la observación clínica permiten distinguir entre un paciente en riesgo real y otro cuya presión alta es transitoria.
Innovación, monitoreo y educación
Si bien existen nuevas tecnologías para la detección y control, la doctora destacó que la clave sigue siendo la educación del paciente. Conocer la importancia de tomar los medicamentos a tiempo, medir la presión de manera correcta y acudir de inmediato si aparecen síntomas de alarma son prácticas que salvan vidas.
Asimismo, subrayó que contar con protocolos estandarizados en hospitales ayudaría a garantizar un manejo más uniforme y seguro de la hipertensión en pacientes internados.
Mensaje final: Lo común es a veces, lo más desafiante
La hipertensión arterial es una de las condiciones más comunes y a la vez más desafiantes en medicina. En el ámbito hospitalario, el reto no es solo reducir números en el monitor, sino entender el contexto clínico y emocional de cada paciente.
El llamado de la doctora Rodríguez Maldonado es claro:
- Escuchar y observar al paciente con atención.
- No subestimar el impacto del estrés y la adherencia a medicamentos.
- Promover protocolos claros y trabajo interdisciplinario.