Psoriasis: una enfermedad crónica con múltiples manifestaciones y enfoques terapéuticos

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Placas eritematosas escamosas, bien delimitadas y distribuidas de forma simétrica en áreas extensas. Las superficies extensoras, como los codos y las rodillas, son típicamente afectadas. Foto de Journal of Drugs in Dermatology.

La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel, con manifestaciones clínicas heterogéneas y de por vida, que puede presentarse en distintas formas, como en placa, flexural, guttata, pustular o eritrodérmica. 

A nivel global, se estima que afecta a alrededor de 60 millones de personas, lo que representa un 1.52% de la población en países como el Reino Unido. Esta condición no solo tiene un fuerte componente genético, sino que también está estrechamente relacionada con varias comorbilidades importantes, lo que exige un enfoque integral en su manejo.

Características clínicas y subtipos de psoriasis

La psoriasis se manifiesta principalmente a través de diferentes formas clínicas. La más común es la psoriasis en placa, que aparece como placas bien delimitadas de color rosado con escamas plateadas, generalmente en las superficies extensoras de codos, rodillas, tronco y cuero cabelludo. 

Otros subtipos incluyen la psoriasis flexural, que afecta áreas como las axilas y la zona genital con menos escamas; la psoriasis guttata, caracterizada por erupciones agudas de pápulas o placas, a menudo precedida por infecciones estreptocócicas; y la psoriasis pustular, que presenta pústulas estériles. En casos severos, la psoriasis puede progresar a eritrodermia, una forma potencialmente mortal que afecta la mayor parte del cuerpo, comprometiendo órganos y sistemas.

Uno de los aspectos distintivos de la psoriasis es el fenómeno de Koebner, donde las lesiones psoriásicas aparecen en áreas de la piel que han sufrido trauma. Este fenómeno resalta la naturaleza inflamatoria y reactiva de la enfermedad.

Factores genéticos y patogénesis

El componente genético de la psoriasis es significativo, con estudios que estiman una heredabilidad entre el 60% y el 90%. Más de 60 loci de susceptibilidad han sido identificados, muchos de los cuales están implicados en la presentación de antígenos y la activación inmunitaria, incluyendo el complejo HLA-C y vías como NF-kappa B y la interleucina IL-23/Th17, que son claves en la inflamación crónica y la proliferación de queratinocitos. Estos hallazgos sugieren una compleja interacción entre células T, células dendríticas y queratinocitos como los principales impulsores de la patología de la psoriasis.

Los factores ambientales, como la obesidad, el estrés, el tabaquismo, el uso de ciertos medicamentos (como los beta-bloqueadores) y el litio, también pueden desencadenar o agravar la enfermedad.

Comorbilidades asociadas

La psoriasis no es solo una enfermedad de la piel. Está asociada con un mayor riesgo de desarrollar artritis psoriásica, una afección inflamatoria de las articulaciones que afecta hasta al 30% de los pacientes. Además, las personas con psoriasis tienen una mayor incidencia de trastornos cardiovasculares, enfermedades hepáticas y problemas psicológicos, como la depresión y la ansiedad, debido tanto al impacto físico como social de la enfermedad.

El manejo de estas comorbilidades es esencial para una atención integral. La artritis psoriásica, por ejemplo, puede causar daños permanentes en las articulaciones si no se trata de manera adecuada. Asimismo, la atención a la salud cardiovascular y el bienestar emocional es vital, ya que los pacientes con psoriasis tienen un mayor riesgo de enfermedades del corazón y trastornos metabólicos.

Tratamientos 

El tratamiento de la psoriasis es variado y depende tanto de la gravedad de la enfermedad como de su localización y presentación clínica. Las opciones terapéuticas incluyen:

1. Tratamientos tópicos: estos son generalmente la primera línea de tratamiento en formas leves de la enfermedad e incluyen análogos de la vitamina D y corticosteroides.

2. Fototerapia: la terapia con luz ultravioleta de banda estrecha (NB-UVB) y la terapia PUVA (psoraleno y luz ultravioleta A) son tratamientos eficaces para pacientes con psoriasis más extensa o resistente a las terapias tópicas.

3. Tratamientos sistémicos convencionales: incluyen medicamentos como metotrexato, ciclosporina y acitretina, que se utilizan en casos más severos o generalizados. Estos tratamientos pueden ser eficaces, pero también tienen potenciales efectos secundarios que requieren monitoreo médico.

4. Terapias biológicas: los inhibidores de TNF, IL-17 y IL-23 son tratamientos más nuevos y dirigidos que han revolucionado el manejo de la psoriasis, especialmente en formas severas. Estos medicamentos biológicos actúan sobre moléculas específicas del sistema inmune, reduciendo la inflamación y la proliferación celular que caracterizan la enfermedad.

5. Inhibidores de moléculas pequeñas: apremilast y fumarato de dimetilo son tratamientos orales que se están utilizando cada vez más debido a su eficacia y perfil de seguridad.

Enfoque holístico 

Dada la naturaleza multifactorial de la psoriasis y su impacto en la calidad de vida de los pacientes, un enfoque integral y multidisciplinario es clave en el manejo de la enfermedad. Esto incluye la atención a las comorbilidades asociadas, como la artritis psoriásica, así como el bienestar emocional del paciente.

El tratamiento temprano y adecuado de la enfermedad, junto con la educación del paciente sobre los factores que pueden agravarla, son elementos esenciales para mejorar el pronóstico a largo plazo.

La psoriasis es una enfermedad compleja, crónica e inmunomediada que no solo afecta la piel, sino que también conlleva un impacto significativo en la salud general de los pacientes. 

Con el avance en la comprensión de su patogénesis, se han desarrollado tratamientos más específicos y eficaces que permiten mejorar significativamente la calidad de vida de las personas afectadas. Sin embargo, es crucial abordar la enfermedad de manera integral, considerando tanto el tratamiento de la piel como las comorbilidades asociadas, para ofrecer un manejo óptimo y completo.

Referencia: CME Dermatology

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