La vida nos presenta retos que, a veces, parecen insuperables, pero esos desafíos también pueden abrir el camino a la superación, la esperanza y el cambio. Este es el caso de José Luis Quirós Jorge, un hombre cuyo viaje personal no solo lo transformó, sino que también brindó nuevas oportunidades para mejorar el acceso a trasplantes en Puerto Rico.
José Luis, Presidente del grupo hospitalario Manatí, Mayagüez, Bayamón Medical Center y Puerto Rico Women & Children’s Hospital, enfrentó un momento crítico que cambió su vida por completo. Durante décadas, llevó un estilo de vida que describe como el de un “consumidor social” de alcohol.
A pesar de los diagnósticos médicos que alertaban sobre la elevación de sus enzimas hepáticas y los consejos de amigos médicos para frenar su consumo, no hizo el cambio. “No me consideraba alcohólico, pero de verdad, estaba adicto al alcohol,” admite ahora con honestidad.
El deterioro de su salud llegó a su punto más grave cuando fue diagnosticado con cirrosis hepática y luego con una enfermedad hepática crónica en etapa terminal. El primer gran golpe fue un episodio de encefalopatía, que lo dejó desorientado e incapaz de reconocer a sus seres queridos. Su esposa, médico de profesión, actuó rápidamente para salvarle la vida, pero este solo fue el comienzo de un largo proceso de hospitalizaciones y situaciones que pusieron a prueba tanto su cuerpo como su espíritu.
Debido a la gravedad de su condición, José Luis fue trasladado de emergencia al AdventHealth en Orlando, donde los médicos fueron claros y directos: “Si no te trasplantas el hígado, no creo que llegues a diciembre.” Esta sentencia de muerte a corto plazo fue un momento de desesperación, pero también de revelación.
En medio de la incertidumbre, apareció una luz de esperanza en la figura del Dr. Héctor Nazario, hepatólogo en el Methodist Dallas Medical Center. Bajo su cuidado, José Luis comenzó un tratamiento intensivo. Sin embargo, la realidad era que necesitaría un trasplante de hígado para sobrevivir, y para ser incluido en la lista de trasplantes debía cumplir con estrictos requisitos, incluido un período de seis meses de abstinencia total de alcohol.
Con determinación y fe, José Luis emprendió el camino hacia la transformación. Cada día sin alcohol era un paso más hacia la posibilidad de un trasplante y un renacimiento personal. “Oré y dejé todo en manos de Dios,” comparte emocionado. A pesar de los pronósticos médicos, nunca perdió la esperanza.
Finalmente, el tan esperado trasplante llegó. La intervención fue un nuevo comienzo, no solo físico, sino también emocional. Hoy, José Luis está vivo, y su experiencia ha sido un catalizador para cambiar la salud pública en Puerto Rico. Su historia, marcada por la superación y el compromiso con el bienestar, lo inspiró a trabajar en la mejora de los servicios de salud en la isla, buscando aumentar la disponibilidad de trasplantes y la calidad de la atención.

José Luis Quirós Jorge, Presidente del grupo hospitalario Manatí, Mayagüez, Bayamón Medical Center y Puerto Rico Women & Children’s Hospital, durante el compartir navideño 2024. Foto: Crédito de captura de video al equipo del grupo hospitalario Manatí, Mayagüez, Bayamón Medical Center y Puerto Rico Women & Children’s Hospital.
“Este viaje me ha enseñado que siempre hay una segunda oportunidad si estamos dispuestos a cambiar,” reflexiona. Hoy, no solo es un hombre transformado, sino también un defensor de la salud pública que trabaja incansablemente para que más puertorriqueños puedan acceder a trasplantes.
La historia de José Luis Quirós es la prueba de que nunca es tarde para transformar vidas, no solo para nuestro beneficio, sino también para el bienestar de los demás.